1. Sueño compartido


    Fecha: 16/01/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos

    ... vaginales que para ese momento estaban muy dilatados y suficientemente húmedos, producto de la excitación; buscó mi boca que la esperaba ansiosa y la penetre con mi lengua ávida de sensaciones mientras que, con un movimiento que denotaba una pericia digna de elogio, sin usar sus manos para nada, logró acoplar la entrada de su vagina con el hinchado glande de mi deseada verga; movió su pelvis hacia atrás y en dos segundos la engulló toda en su ardiente cavidad.
    
    Ella sabía cómo lograr el máximo placer y prolongarlo al máximo; se movía de cualquier forma pero disfrutando cada milímetro de mi carne, cada roce obtenido de sus sabios movimientos y cada sensación que obtenía de saberse dueña de la situación; en resumidas cuentas, Rosario era la dueña y señora de mi cuerpo y lo gozaba como se le daba la gana; bien pudo ser al contrario, que yo la sorprendiera en medio del sueño y la poseyera como tantas veces hacía o quizás pudieron haberlo hecho después de alguna insinuación por parte de cualquiera de los dos, pero esta vez la iniciativa había sido de ella y eso hacía que su placer fuera mayor; estuvo cabalgando en mi mástil por casi veinte minutos en los cuales logró no menos de dos orgasmos, me mantenía las manos sujetas para dedicarse a sentir solo lo que ella deseaba sentir; de pronto me habló con tono autoritario; "no te muevas, hoy te voy a hacer acabar sin que tengas que moverte, si lo haces, me bajo y no tendrás tu premio…"
    
    Yo cerré los ojos y me dispuse a gozar de ...
    ... aquel dominio tan exquisito que aquella hermosa, madura y experimentada mujer ejercía sobre mí; podía sentir cada pliegue de su intimidad acariciando mi erección, las experimentadas manos recorriendo mi pecho o aferrándome a su cintura para moverla mejor y con mayor ímpetu sobre su cuerpo; de vez en cuando, una de aquellas manos acariciaban mis testículos amasándolos o apretando controladamente hasta hacerme experimentar cierto dolor que no por eso dejaba de ser placentero.
    
    Rosario sintió como su cuerpo comenzaba a experimentar la tensión previa al orgasmo y apuró el paso: "quiero ordeñarte diablo mío!, te voy a sacar hasta la última gota de leche que tengas en el cuerpo, dejarte seco!", aquello aceleró el proceso que ya había comenzado escasos segundos antes; sentí las palpitaciones del glande, notó como el tronco se hinchaba rítmicamente en su interior estimulando las paredes de su vagina y se entregó al orgasmo simultáneo: "vamos, dámela toda!, lléname con tu leche!, acaba para mí, para tu leona!, así, dáselo a tu ama!"
    
    Los espasmos se sucedieron con una intensidad y cadencia indescriptible, fue una explosión incontrolable, bestial, divinamente agotadora; aquella mujer se tumbó sobre mi pecho que tanto placer le acababa de brindar y se quedó inmóvil tratando de recobrar la respiración mientras yo la rodeaba con los brazos y le daba un pequeño mordisco en el lóbulo de la oreja; estuvimos así por varios minutos, sin hablar, sin más comunicación que el contacto de nuestros ...