1. La tribu


    Fecha: 14/01/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Forman, Fuente: CuentoRelatos

    ... Muchos se masturbaban mirando, temerosos de tocar a su diosa. Otros me penetraban por turnos mientras los había me tocaban como a una diosa de forma cariñosa y delicuescente y me daban de comer sus ofrendas mientras otros bombeaban en mi coño.
    
    Era la esposa blanca de Yogurtu. La diosa de la fertilidad.
    
    Por un momento estuve rodeada de rudas manos y vergas negras por doquier que eyaculaban en mi cuerpo o dentro de él. Me vi envuelta en un marasmo de brazos y manos que sobaban mi cabeza, pelo, tetas, piernas y culo. Los más atrevidos se iban dentro de mi coño para luego otro negro irse después. Sus pollas de ébano salían blancas de la leche de sus compadres. Todos aquellos me penetraban deformaban mis muslos y caderas entradas en carnes a cada embestida. Primero uno, después otro y luego un tercero, cuarto o un quinto.
    
    El más anciano de la tribu una vez erecto me penetró con alguna dificultad pero logró dejar su semilla en mi cuerpo jadeando como un perro ajustando su polla en mi coño junto con los más jóvenes que le dejaron colarse.
    
    Las mujeres se apelotonaban a la puerta de mi choza aclamando a sus maridos bendecidos por mi cuando salían. Todo eran parabienes en esa primitiva aldea.
    
    Yo me corría no pocas veces y gemía como una posesa ahíta de las lechadas de esos infelices y pidiendo más hombres. Al final, me folló toda la tribu de una forma u otra y acabé llena de blanco esperma.
    
    Ni se los que pasaron por allí. Perdí por completo la cuenta porque no me ...
    ... daba para más.
    
    Cuando se fueron me quedé un buen rato en mi choza masturbándome con el coño lleno de la leche de esos primitivos hombres pensando en sus pollas de diversos tamaños y en sus esculturales cuerpos de guerreros y en aquellos ancianos habían logrado sus cometidos exhibiendo su vigor y experiencia aún.
    
    Salí de la choza y una comitiva me estaba esperando. 5 hombres me llevaron en brazos hasta el río y me sumergieron en el limpiándome con sumo cuidado sus mujeres.
    
    Yogurtu había vuelto y observaba con orgullo de jefe de la tribu ese rito de purificación.
    
    -Te ha gustado, Gela? Ya no era Gloria sino me habían bautizado como Gela.
    
    -Me ha encantado, Yogurtu. Le dije abrazándolo mojada y purificada por el agua.
    
    -Todas estas tierras además de la voluntad de estos hombres y mujeres son tuyas. Trátalos con responsabilidad.
    
    -Si. Lo haré. Te lo prometo.
    
    Con el tiempo las visitas de esos hombres se fueron distanciando pero siempre tenía la de algún joven de la tribu a la semana buscaba iniciarse.
    
    Había alguno que por los nervios no lograba ereccionar a la primera.
    
    Besaba sus cuerpos y limpiaba sus miembros con cuidado. Cuando notaba empezaban a crecer pasaba sus pollas por mis pechos. Eso les daba confianza hasta que se corrían en ellos. Si no se daba el caso los esperaba para otro día. Eran los que más me gustaban.
    
    Luego ellos lo agradecían.
    
    Ahmed encontró pareja. Se la eligió Yogurtu. Se llamaba Shimba y era una mujer negra, escultural y de ...
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