1. Las cosas no son como uno espera


    Fecha: 14/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus piernas y zapatos negros de tacón alto. Y los accesorios de siempre, unos grandes aretes de color dorado, collar y pulseras en cada mano, del mismo color. Además, totalmente perfumada con un aroma muy exquisito.
    
    No le conocía ese vestido y la verdad que se veía muy sexy con ese atuendo, así que entendí que su propósito era ser el centro de atención y esperar que alguien se interesara en ella. Al rato, cuando nos dispusimos a salir, le comenté que nunca antes había visto ese vestido. Me contestó que ya tenía su tiempito con él, pero que no había habido la oportunidad para lucirlo y que le dio por ponérselo ese día. Le dije, bueno, pues te ves espectacular. Si no levantas a alguien con esa pinta, lo más seguro es que por ahí no es la cosa. ¿Será? dijo ella con una sonrisita picarona. Así que, en medio de comentarios de doble sentido y risitas burlonas, emprendimos camino a la aventura.
    
    Me dirigí a un lugar que quedaba situado al norte de la ciudad, cerca al Centro Comercial Atlantis. No tuvimos inconveniente para parquear nuestro carro y entrar a aquel lugar. Ya estando dentro, vimos bastantes personas reunidas y nos dio la impresión de que se trataba de grupos grandes, como una especie de reunión de compañeros de oficina o algo así, que allí departían. Nos acomodamos al fondo de aquel lugar, quedando los dos sentados en una pequeña sala. Pedimos algo de beber, y al rato se acomodaron al lado nuestro, un hombre medianamente mayor y dos mujeres bastante jovencitas ...
    ... que le acompañaban.
    
    El lugar estaba bastante concurrido y se veía gente de toda clase, especialmente parejas jóvenes, pero al parecer ya todos venían acompañados y nadie curioseaba por donde nosotros estábamos. Salimos a bailar un rato, pues la música estaba movida y sonaba a todo volumen. Allí reparamos en las personas que estaban en el lugar, hombres y mujeres, tratando de captar alguna mirada, alguna seña, algún indicio de empatía que nos relacionara con alguien, pero al parecer cada uno estaba en lo suyo y no veíamos que pasara nada raro. Parecía una fiesta normal.
    
    Cierto era que había hombres guapos y mujeres muy bonitas, pero todos aparentemente emparejados. Yo le dije a mi esposa que iba a chismera al bar, que si quería algo. Me dijo que no. Y lo hice con la intención de ver si, estando sola, algún macho se le acercaba a hacerle conversación. Pero no, mientras estuve en el bar me la pasé observándola y estuvo sola y sin compañía todo el tiempo. Le pregunté al muchacho que atendía en el bar si habría algún evento especial aquella noche y me dijo que sí, que no demoraba en empezar la tanda de shows.
    
    Volví a la sala, al lado de mi esposa y esperamos a que empezara el anunciado show. Y, estando allí, de pronto apareció un muchacho de cuerpo atlético, semidesnudo, con su miembro totalmente erecto, que se acercaba a las mesas, donde había mujeres, para dejarse tocar y que le mamaran su pene si a ellas le apetecía. Pues sucedió que a nuestras compañeras de sala les ...
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