1. Los feos también cogen rico


    Fecha: 13/01/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: mariacoorinave, Fuente: CuentoRelatos

    ... nuestros sueños un taxista de avanzada edad, un vigilante, un delincuente peligroso del que nos enteramos robó a alguien en la comunidad, un hombre desagradable que nos piropeó cuando nos dirigíamos a determinada zona del centro de la ciudad, un hombre que rozó su pene sobre nuestro cuerpo más de la cuenta cuando viajábamos en un autobús abarrotado de gente, cosa muy común en mi país. En nuestros sueños eróticos hay de todo un poco, solo que somos bastante reservadas y nos guardamos esas cosas.
    
    De hecho una vez soñé que mi papá me hizo suya. Fue un sueño bastante intenso y creo que se originó porque una vez cuando estaba mucho más joven espié a papá y mamá teniendo sexo que por cierto fue algo que me impactó de gran forma. Aunque no esperen un relato de "mi papá me cogió" porque tal evento no aconteció ni jamás pasó ni pasará por mi mente la idea de tener un encuentro de tipo sexual con mi papi.
    
    El que si me cogió y varias veces fue el papá de Brenda, pero ese relato ya lo habéis leído y tal vez publique más sobre las otras veces en que fui su niña pervertida.
    
    Volviendo con el electricista. Mis ganas de tener una aventura con él se incrementaron. Dejé de apreciarlo como un simple trabajador del condominio, lo veía como un objetivo, una meta, un capricho. La imagen que tenía de él había cambiado por completo, me parecía sexy, atractivo, deseaba que me cogiera aunque mi conciencia me condenara cada vez que la idea de tirármelo se paseara entre mis sienes.
    
    Empecé a ...
    ... recibirlo en mi apartamento vestida con poca ropa y evitaba toparme con él a la salida o entrada. Debía ser muy discreta y así evitar levantar sospechas por lo que evité coincidir con él y solamente le vería cuando fuese a llevarme el agua, lunes o martes en el que mis mañanas las tenía libres.
    
    El ambiente se tornaba tenso cuando le abría la puerta para que pasara a dejar el agua sobre la mesa, entablábamos una pequeña conversación sabiendo que a pesar de mirarme a los ojos me detallaba milimétricamente cuando yo miraba hacia otro lado.
    
    Siempre hacía un comentario sobre lo que llevaba puesto y eran comentarios que aunque atrevidos no eran irrespetuosos, era una combinación perfecta que me hacía querer jalarlo del cuello y besarlo.
    
    Estaba loca y sigo loca, lo sé, pero quería cogerme a ese hombre.
    
    Y no penséis que duré todos esos meses sin experimentar relaciones sexuales, obviamente tuve parejas y noviazgos que por una u otra razón no duraban más de un mes, digamos que soy exageradamente exigente y cualquier cosita que me incomoda es motivo para dar por terminada una relación por muy espectacular que aparente ser.
    
    Empecé a planear el momento perfecto para cumplir mi capricho y hacer feliz por un día a un soltero cuarentón que se babeaba por culearme, las cosas como son.
    
    La siguiente vez que vino a traerme agua le dije que necesitaba unas conexiones nuevas de electricidad y que si estaba dispuesto a hacerme ese trabajo.
    
    Recuerdo que ese día andaba descalza ...
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