1. La revancha (08): Un recorrido duro y salvaje


    Fecha: 11/01/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kimbocat, Fuente: CuentoRelatos

    Casi no puedes ver, medio mareada, con los ojos empapados de sudor, al fondo te parece intuir una mancha blanca, Nuria te azota, ve perfectamente como os acercáis al segundo punto de avituallamiento, Zuleia acaba de llegar, vosotras tardáis medio minuto en entrar, al instante tu reloj empieza a correr, Nuria lo mira, es una cuenta atrás de 20 minutos. Como una muñeca de trapo, dejas que te desaten, que te agarren para no caerte, te quitan el mordedor, chillas de dolor cuando te sacan del sulkie, cuando el hierro reseco y pegado a ti, empapado con tu sangre, sale de tu cuerpo, te tumban en una camilla, el consolador de tu culo, se clava aún más dentro de ti, alguien acerca una botella de agua a tus labios, bebes desesperada todo lo que puedes, sedienta y sudada, buscas con tus labios este líquido que llena tu boca y cae por la comisura de tus labios hasta tus pechos.
    
    Otros levantan tus rodillas, y empiezan a masajear tus muslos, tus piernas, también limpian tus pechos y tu vientre. Alguien habla con Nuria, le dice que esto te va a doler, pero han de tratar lo mejor que puedan la herida de tu coño, tiran de uno de tus labios y la aguja se clava en él , te arqueas de dolor, notas el líquido entrando en tu zona más sensible, Nuria te da la mano, entre temblores te agarras a ella con todas tus fuerzas, poco a poco el dolor va remitiendo, notas unas manos llenando tu agujero con una pomada, sus manos recorren cada rincón, cada herida, cada rasguño, Con la boca abierta sigues ...
    ... buscando más agua, cuando llevas la suficiente te quitan la botella, otra vez chillas y estrujas la mano de tu dueña cuando desinfectan las heridas de tus patas, tus pies en carne viva han de volver a endurecerse, a ser capaces de correr y trotar. Nuria acaricia tus lágrimas, besa tus mejillas, siguen tratando tus pies, tu coño, desinfectan las heridas que llenan todo tu cuerpo. Zuleia también chilla, oyes como grita, como suplica, como llora, pero no se rinde, ni por un momento piensa en decir la palabra que terminaría con todo, no lo hará si antes no lo haces tú, y tú tampoco lo harás antes que ella
    
    El reloj va corriendo, te giran, ahora tratan tu lomo, tus nalgas, tus hombros. Ponen en tu boca una barra energética, para que vayas comiendo, la muerdes, la engulles y abres la boca mirando al chico que las lleva, él sonríe, acaricia tus mejillas, te da otra y otra más, mientras acaricia tus cabellos y te dice “No te atragantes potrilla golosa”, es la primera caricia, el primer gesto amable, desde que ha empezado la carrera.
    
    Tú las comes sin preocuparte de las babas con restos de comida que caen de tus labios y ensucian tu cara. Apenas quedan tres minutos, te levantan, y te vuelven a atar al sulkie, también han llenado de grasa el hierro, y deslizándose va entrando dentro de ti, apenas si notas nada. Mientras te van atando, Antonio le comenta a Nuria, que estás bastante maltrecha, pero de momento no corres peligro de ninguna lesión permanente, seguramente necesitarás ...
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