1. Madre hot: En el hospital (1)


    Fecha: 10/01/2022, Categorías: Masturbación Autor: Alexandre, Fuente: CuentoRelatos

    Familia unida, familia feliz. Cuando mi tío Edu tuvo su accidente de moto toda la familia se volcó en cuidarle y acompañarle en momentos tan difíciles. A él y a su novia de turno Bea, que también sufrió heridas de consideración. Ambos estaban en la misma habitación del hospital, frecuentemente separados por un biombo para que el uno no viese el estado de la otra, ya que, según los sicólogos podía perjudicarles anímicamente.
    
    Porque en realidad, Edu estaba hecho un cristo, con brazos y piernas escayolados y varias costillas rotas. Una auténtica momia de la que solo quedaba al descubierto el vientre y el abdomen. Bea estaba un poco mejor, pero había sufrido un fuerte golpe en la cabeza al no llevar casco de protección y buena parte del tiempo estaba adormilada o sin sentido.
    
    Edu es el hermano menor de mi padre. El triunfador de la familia: apuesto, con estudios y con un buen negocio en marcha. Bea, como queda dicho, es una novieta ocasional, una más, con la que no tiene ninguna relación seria, pero que, por su provocativo aspecto (parece una Barbie: delgada, buenas tetas operadas, melena rubia, cintura de avispa), le debe estar proporcionándole unos buenos polvos que, en definitiva, es lo que mi tío espera de las mujeres ya que es un follador empedernido y un misógino.
    
    Por las tardes, después de comer, los de casa nos vamos turnando en la visita hospitalaria. Yo, diariamente -pues estoy de vacaciones y prefiero estar allí viendo enfermeras cachondas que oliendo a gasoil ...
    ... en el garaje de mi padre- bien acompañado por mi madre o mi padre. Mi hermana va de vez en cuando, pero incordia más que ayuda, así que mejor que no aparezca. He observado lo bien que se entienden mi madre y Edu. Hay miradas y formas que no pasan desapercibidas. Y no digamos nada de las sonrisas y las bromas, que a mi padre seguramente no le harían ninguna gracia. La manera que tiene mamá de darle la merienda o meterle la pajita en la boca para que beba, abanicarle cuando hace calor, la dulzura al hablarte... me están resultando demasiado chocantes. No quiero ser mal pensado: quizás sea el instinto protector maternal, ya que Edu no deja de ser su cuñado más joven...
    
    A mamá le agrada ayudar a Edu en todo lo que puede: lo afeita en más de una ocasión, le acomoda la almohada, le estira las sábanas, le rasca con una aguja de calcetar bajo la escayola. Estaba en ese gesto de mitigar los picores de tío Edu en una de sus piernas cuando comprobé que algo se movía bajo las sábanas. El muy cabrón se estaba empalmando.
    
    -Tengo ganas de mear -le dijo a poco al oído a mi madre-. Si me pones tú el orinal, no molestamos a la enfermera.
    
    Mamá dejó de rascarle, miró nerviosa para mí, que me entretenía ojeando el celular y sopesó tan peculiar solicitud de su cuñado pequeño. Actuó con sensatez:
    
    -Álex, ponle el orinal a tu tío, mientras yo hablo un ratito con Bea, que parece que se ha despertado.
    
    A regañadientes cogí en el baño el orinal masculino, esa especie de botella de cristal ...
«12»