1. Mi encuentro contigo que lees mis relatos


    Fecha: 09/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos

    ... control. Con solo un poco de coqueteo, siempre los tenía envueltos alrededor de mi dedo y haciendo lo que quería.
    
    Con las nalgas al borde de la mesa y separó un poco más las piernas. Tomando una de tus manos grandes y ásperas en mi pequeña y delicada mano, la colocó en uno de mis muslos. Sintió un escalofrío atravesarme como un rayo de electricidad cuando tu mano comienza a subir por mi suave pierna cubierta de nailon.
    
    Todavía no puedes creer su suerte o lo que estaba sucediendo. Tu polla se tensa cuando sientes lo suave de mi muslo encerrado en las costosas medias. Tu mano alcanzó la banda de mis medias y vacilas un poco antes de seguir adelante y luego encontrar carne. Gimo levemente cuando tu mano áspera se encontró con mi suave piel.
    
    Sonrió mientras tu mano sube más por mi muslo hasta que tus dedos encontraron mi húmeda y sedosa tanga. Deslizas un dedo dentro y encuentras los labios de mi depilado coño mojado y arrastras el dedo hasta mi botón de amor. Gimo en voz alta y cierro los ojos mientras tu dedo lentamente rodea mi clítoris.
    
    Yo: Mmmmm, ¿puedes sentir lo mojada que me has puesto? Gimo.-Adelante, mete tu dedo. Tenemos que ser rápidos, no queremos que nos atrapen, ¿verdad?
    
    Deslizas un dedo dentro de mi humedad con facilidad haciéndome gimotear aún más. Miras hacia la puerta, esperando que nadie entrara. La idea de ser atrapado hace empujar tu dedo más profundamente mientras tu polla se dilataba dentro de tus pantalones.
    
    Yo: Pon otro dedo en mí ...
    ... por favor. - sin aliento.
    
    Obedeces sin decir una palabra, mi humedad aprieta tus dedos, deseadas poder meter tu polla dentro, pero todo lo que podías hacer era hacer lo que te decía que hicieras.
    
    Empujas tus dos dedos dentro con más fuerza ahora. Con tu pulgar apoyado en mi clítoris, estaba acerca del orgasmo. Cuanto más me tocabas, más húmedo se volvía su coño. Los únicos sonidos en la habitación eran mis gemidos moderados y el sonido acuoso de mi coño siendo penetrado por tu mano.
    
    Mis muslos temblaron cuando mi orgasmo comenzó a acumularse dentro. Sentí tu aliento en mi cuello mientras tocabas ásperamente camino al orgasmo. De repente, gritó y aprieto mis muslos con fuerza contra tu brazo mientras mi cuerpo se convulsiona por la liberación de mi corrida. Mantienes sus dedos dentro y fuera, moviéndolos ligeramente incapaz de mover tu brazo de entre mis piernas.
    
    Dejé escapar un gran suspiro y abrí los ojos mientras mi corrida iba menguando. Relaje mis muslos, sonriendo.
    
    Yo: ¡Wow, eres bueno! ¡Es hora de tu regalo, ¿puedo hacerte correrte ahora?
    
    Tu Sí, por favor, estoy desesperado por correrme. En voz baja.
    
    Me levantó del borde y te indicó que ocupes el lugar. Una vez que estas apoyado, agarró la erección a través de tus pantalones y te besó suavemente en la oreja. Lentamente, con una mano, bajó la cremallera de sus pantalones, deslizó la mano dentro y sacó tu polla dura como una roca.
    
    Yo: ¡Oh Dios mío! Exclamó sintiendo lo duro y caliente que estaba tu ...
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