1. Juan, tú y yo


    Fecha: 07/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Pilar-Patricio, Fuente: CuentoRelatos

    Durante la infinita cuarentena, te dije que cuando ésta terminara, me quería regalar un par de días en el sur... El confinamiento fue demasiado y merecía salir a un lugar lindo, lleno de naturaleza y paz. Es así como preparé todo y arrendé una cabaña en Puerto Varas. Te dije que me acompañaras, pero nunca me confirmaste.
    
    No nos habíamos visto desde hace meses, nos debíamos el reencuentro. De igual forma, te di las coordenadas y fechas de mi viaje, horarios de viaje, para que supieras donde estaría, en mi retiro post pandemia.
    
    Llegué a Puerto Montt un miércoles muy temprano, hacía frío, había llovido, era un día perfecto. Me fui a Puerto Varas, por fin estaba respirando aire puro, mirando el lago, desde una linda cabaña, retirada de las otras y rodeada de árboles, con una gran terraza.
    
    Arreglé mis cosas... era temprano, no andaba mucha gente... faltaban horas para el almuerzo, así que me recosté un rato, para recuperarme del viaje. Pensé mucho en ti... en las ganas que tenía de verte y estar contigo, recordé tus manos, tu piel... tus besos... y comencé a tocarme... como tú lo haces... no fue necesario mojar mis dedos, porque mi vagina ya estaba húmeda... suavemente, rocé mi clítoris varias veces... pensando que era tu lengua... recordé la sensación exquisita que siento cada vez que me penetras, al sentir tu pene duro entrando en mí. Recordé tu olor, el sabor de tus besos, tu lengua perfecta... fue así y no bastaron muchos minutos para sentir un rico orgasmo, que ...
    ... me relajó y permitió dormir un rato.
    
    Desperté a las 13 horas, me duché y salí a caminar, para buscar algún lugar y almorzar...
    
    Mientras caminaba, te imaginaba ahí, conmigo, de la mano, sin temor a que nadie nos viera... sin temor a nada. Llegué a un restorán pintoresco, había gente, algunos extranjeros incluso. Almorcé algo liviano y me tomé un té... te escribí y te dije que te extrañaba, que estaba en el lugar perfecto para que estuviéramos juntos, pero me respondiste que estabas ocupado y que no podías hablar, porque tenías mucho trabajo. Quedé triste, tu frialdad me angustió... pero decidí disfrutar el resto del día... como fuera.
    
    Salí del restorán y comencé a caminar, me fui a unas tiendas para ver si compraba algún recuerdo. Mientras conversaba con una vendedora, siento que entra un grupo de personas a la tienda, hablando y riendo... de pronto, alguien se acercó a mí, por atrás y me habló al oído... me dijo... "No puedo creer que seas tú", me di vuelta y era un ex pololo, no podía creer que después de 28 años sin saber nada de él, estuviera frente a mí. No terminamos de mala manera, ni con rencores, ni tristezas, porque había sido un pololeo corto, con cariño, pero nada más que eso, no hubo sexo ni nada que se le acercara... aunque ganas no faltaron.
    
    El andaba con un grupo de compañeros de trabajo, en una jornada de acercamiento post coronavirus. Me preguntó que qué hacía en el sur, con quien andaba... le dije que estaba sola, que necesitaba arrancar de la ...
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