1. La editora


    Fecha: 23/12/2021, Categorías: Hetero Autor: Aries, Fuente: CuentoRelatos

    ... fuera a coger algo de la mesa. En ese giro con su culo apoyado, me mostró que no llevaba ropa interior, dejando al descubierto su hermosa vulva rosácea. Así, en esa posición, permaneció varios segundos, los suficientes como para ver con toda nitidez que estaba totalmente depilada. No pude apartar la vista de aquella maravilla, entonces fue cuando ella se giró mirándome y me preguntó si me gustaría comerle su coñito.
    
    Sin cortarse nada, retiró con su brazo todos los papeles que había sobre su mesa, cayendo todo al suelo. Se levantó la falda y se tumbó sobre la mesa dejando a la altura de mi cara, su maravillosa vagina. Yo, obediente a la petición de mi futura jefa y sin mediar palabra, me arrodillé buscando la posición más cómoda. La agarré de sus muslos y la acerqué al filo de la mesa. Empecé besando sus rodillas de forma alternada, mientras iba subiendo por sus muslos. Empecé a notar como su piel se erizaba a medida que iba besando la cara interna de sus muslos. Justo ya se había desabrochado la blusa negra de seda, dejando al descubierto un elegante push up bra con encajes.
    
    Con el recorrido de sutiles besos en sus muslos, había llegado hasta su vagina que en ese momento ya empezaba a humedecerse por la proximidad de mi boca y mi respiración. Escuché un jadeo cuando mi lengua hizo su primera pasada por sus labios, humedeciéndolos aún más de lo que ya estaban. Sus manos agarraron mi pelo para asegurar que no hubiera separación y pudiera chuparle su rajita intensamente. ...
    ... Me recreaba con mi lengua lamiéndolo y empapándome de su flujo que junto a mi saliva, hicieron que sus inglés y su culito estuvieran igual de mojados. Después de un buen rato haciendo mi repaso con la lengua, le introduje un dedo a la vez que me centraba en su clítoris. Lo acariciaba con la punta de mi lengua y alternaba con succiones muy sutiles. Sara empezó a gemir más fuerte y de un modo más constante. No decía nada, solo jadeaba. Su orden era clara y yo la entendí y acate gustosamente.
    
    Con mi dedo dentro de su vagina y mi lengua llevándola a un inminente orgasmo, pude observar desde la posición en la que me encontraba, su cara de placer y como se removía cada vez más sobre la mesa. Soltó una de sus manos de mi cabello y se la llevo a sus pechos, acariciándolos bajo su sujetador.
    
    No tardo en dejarlos al descubierto. Sus pezones estaban duros y pensé en chuparlos cuando terminara de comerle el coño. Tenía mi pene durísimo y cada vez con más deseos de penetrar a mi futura "jefa" sobre su mesa. La excitación de ambos iba en aumento cuando ella me pidió que le introdujera otro dedo más mientras seguía succionando. Su rajita era una fuente que no paraba de emanar su néctar y ahora más aún. Sara se movía en la mesa retorciéndose de placer mientras seguía succionando su clítoris y masturbándola con mis dos dedos en unos sincronizados movimientos. Sentí de nuevo su mano volver a cogerme fuerte del pelo e intuí que se correría en ese momento. Mi boca y dedos estaban llevándola ...