1. Primeriza se traga puño


    Fecha: 17/12/2021, Categorías: Confesiones Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    Estefany y yo llevábamos unos meses de conocernos. Fue en la universidad en donde nos conocimos y la primera charla que tuvimos duró horas. Ella y yo nos llevamos muy bien desde un principio y la confianza entre nosotros, sin razón aparente, emergió al instante.
    
    Tras meses de salir ocasionalmente juntos, comenzamos a bromear con temas cada vez más íntimos como la diversión y el sexo. En una oportunidad hubo una fiesta y le propuse a ella que fuéramos juntos.
    
    -Es que es muy tarde, a esa hora no hay bus que pueda llevarme. – replicaba ella.
    
    -Tranquila, si quieres puedes quedarte en mi apartamento, al lado del perro jaja
    
    -Cállate tonto, en serio, si fuera más temprano me quedaría.
    
    -Oye hablo en serio, puedes quedarte en mi apartamento, digo si no te da desconfianza.
    
    -Está bien, lo pensaré y te aviso.
    
    Estefany era una chica que sabía divertirse y aunque era una muchacha de mente abierta y atrevida, solía demostrar cierta inexperiencia o hasta inocencia en los temas sexuales, y eso ya era suficiente para ponerme muy caliente. Ella mide alrededor de 1.55 m. Piel morena clara, cabello negro, con pechos medianos pero firmes y respingados y un culo que amerita apretujarlos.
    
    Pasados un par de días aceptó mi propuesta. Esa noche fuimos de fiesta y nos divertimos, cuando volvimos a mi apartamento, comimos un bocadillo de media noche y nos dirigimos a la recamara.
    
    -Bueno, creo que ambos somos lo suficiente maduros para compartir la cama ¿no crees?
    
    -Por mí ...
    ... no hay problema –dijo mientras se sentaba para quitarse los zapatos.
    
    Le ofrecí una de mis pijamas y aceptó. Para sorpresa mía, no mostró vergüenza alguna y ante mi mirada, se sacó la ropa con tal naturalidad. Se puso la pijama, le quedaba un poco floja haciendo que sus pechos y culo se vieran más prominentes entre aquella sobra de ropa.
    
    Procedí a quitarme la ropa también, ella me observó de manera tímida, como sintiendo un poco de pena, pero sin poder evitar verme. Me puso caliente ver la manera en la que su expresión cambió cuando me saqué la ropa interior, ya traía la verga morcillona y al bajar mi bóxer, saltó libremente quedando frente a ella.
    
    Sus ojos se clavaron fijamente en mi verga afeitada que se tambaleaba de un lado a otro mientras me colocaba el pijama. Su carita inocente y asustadiza era excitante, se mordía suavemente los labios mientras yo guardaba mi verga dentro del pans.
    
    Acomodé las cobijas y ella se acurrucó entre las almohadas, apagué las luces y me recosté a su lado. Era excitante, la manera en la que no hablábamos palabra alguna sobre el tema, aunque ambos sabíamos perfectamente cómo iba a terminar aquella situación.
    
    Coloqué mi brazo bajo su cabeza y ella se recostó en él, llevó su mano libre a mi pecho y yo bajé la mirada para besarla. Nos fundimos en un beso apasionado y excitante.
    
    Su respiración se agitaba gradualmente mientras mi verga se endurecía levantando las sábanas. Me coloqué sobre ella y comencé a quitarle la pijama, ella ...
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