1. Obras en casa


    Fecha: 12/12/2021, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cachonda el morito, no?
    
    - Tengo que reconocer que sí. Venga, me voy, adiós.
    
    Se me puso la polla como una barra de hierro de pensar como estaba de caliente mi mujer.
    
    Efectivamente, cuando hice la habitación, vi que había dejado abierto el cajón de su ropa interior, y había puesto sus prendas más sexis al principio. No quise tocarlo, porque seguro que ella había dejado alguna trampa para ver si alguien lo tocaba.
    
    Los obreros llegaron y al rato me fui yo. Cuando volví ya no estaban. Volvieron cinco minutos antes de que volviera mi mujer. Esta me dio un beso cuando llegó, les saludó a ellos y entró a cambiarse a la habitación. Yo estaba ansioso porque me dijera si alguien había estado buscando entre sus prendas. Iba a salir al pasillo cuando me fijé por el espejo que Larbi estaba espiando por el huevo que dejaba la puerta, y a juzgar por la cara de vicio que tenía y el abombamiento de su pantalón, el espectáculo estaba mereciendo la pena. Hice algo de ruido para que me oyera, y dejó de mirar. Yo entré a la habitación y cerré la puerta. Efectivamente, allí estaba mi mujer, pero hoy no se había puesto la ropa de andar por casa como otros días, sino una malla ajustada que tiene para hacer gimnasia y una camiseta bastante ajustada. No me extraña que Larbi se la comiera con la vista. Estaba delante de la cómoda donde tenía su ropa interior.
    
    - Bueno, qué ha pasado, ha rebuscado alguien.
    
    Su gran sonrisa de triunfo, ya me respondía que sí.
    
    - Sí, señorito.
    
    Me pegué ...
    ... a ella por detrás y agarrándola por las tetas, dije:
    
    - ¿Ves como aunque tú dices que las tienes pequeñas, sigues excitando a los hombres?
    
    - Bueno, tampoco es ningún triunfo excitar a un inmigrante que igual no ha follado con nadie desde que vino a España.
    
    - Anda, no seas exagerada.
    
    - Mira, me enseñó. Ves, esto lo había dejado así, y esto también pegando al borde. Ahora está más separado, y yo no doblo nunca esto así.
    
    - ¿Has mirado a ver si se ha corrido en alguna braga?
    
    - De estas que tengo aquí no, porque estarán pegajosas. Voy a ver al baño pequeño.
    
    Se fue y al momento volvió con otra expresión de triunfo. Abrió la mano y tenía en la mano las bragas que había llevado ayer. Volvían a estar mojadas y pegajosas
    
    - Tacháaaaan, corridón.
    
    - Joder, vaya tío, vaya muestras que deja.
    
    Yo estaba tan excitado que cogí su mano manchada con un poco de semen y se la chupé entera. Ella me miró divertida y dijo:
    
    - ¿Y eso?
    
    Por toda respuesta, cogí su mano y se la llevé a mi paquete ya abultado. Ella se echó a reír y dijo:
    
    - Pues estamos empatado. Cogió mi mano me la metió entre sus bragas y estaba chorreando.
    
    Sin decir palabra, me bajé los pantalones, me senté en el borde de la cama. Ella se subió encima de mí y allí mismo follamos como locos, intentando hacer el menor ruido posible, aunque supongo que desde fuera, algo se oiría. Nos vestimos después de corrernos y salimos intentado aparentar normalidad, pero con la cara que nos puso Larbi, nos dimos ...
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