1. Sexo en la finca


    Fecha: 04/12/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nada, ver a un tipo masturbándose, seguí a lo mío.
    
    Pero poco duró. Cinco minutos más tarde, escuché gritos.
    
    -¿¿Pero cómo te atreves?? Esto es una finca de categoría. Se lo pienso decir a mi marido, asqueroso.
    
    Levanté la mirada como un resorte. Le había pillado. Normal... A quien se le ocurre... El pene del tipo, seguía al aire, empalmadísimo.
    
    -Lo siento, Meli... Me pudo el instinto animal... No se lo digas a tu marido, por favor.
    
    Ella lo fulminó con la mirada. Si algo tenía la dueña de aquella finca, es que era muy, muy seria.
    
    -Mira... - Dijo, aparentemente calmada - Vamos a hacer una cosa... He visto que tu armamento es bastante aceptable. Si me follas, no le diré nada a Bob.
    
    -No... Si yo...
    
    -¿Qué? - Dijo, muy seria, mientras se quitaba la parte de arriba del bañador - ¿No te resultan apetecibles?
    
    -....
    
    -Ven, toma leche de mamá.
    
    Le acercó la boca a uno de sus pezones. El succionó con vergüenza, mientras mi polla amenazaba con salirse del bañador.
    
    -Mama de mí, tesoro.
    
    Melissa, se llevó una mano debajo de la braguita del bikini, y comenzó a masturbarse...
    
    -Vamos, mi niño. Toma leche de mis pezoncitos.
    
    Ese vocabulario de Melissa, era impropio de ella. Me estaba excitando muchísimo.
    
    -Me encanta - Respondió él, lamiendo los pezones, mientras seguía masturbándose.
    
    -Quiero que me folles en esta tumbona. No aguanto más.
    
    Melissa ...
    ... se tumbó haciendo a un lado la parte de abajo del bikini. No pude ver como llevaba el coño.... Ojalá que rasurado. Con este pensamiento, me saqué la polla y comencé a masturbarme.
    
    -Fóllame, Mike. Dámelo todo.
    
    Mike, apuntó su pene y comenzó a embestirla, primero lentamente, para después ir acelerando.
    
    "Qué cabrón. Se la está follando como un salvaje".
    
    Los gemidos de Melissa, resonaban por todo el patio. Me pregunté si los vecinos podrían oírla, y eso me excitó muchísimo más.
    
    -Que linda rajita tienes, Melissa.
    
    -Haz que me corra, cabrón - Respondió ella, mientras se tocaba los grandes senos.
    
    Si seguían así, el que acabaría corriéndose, sería yo.
    
    -Quiero que te corras, Meli. Quiero ver como tus flujos empapan la tumbona.
    
    Esta frase, excitó de sobremanera a la señora de la casa. Soltó un gemido que parecía no tener fin.
    
    "Qué buena zorra" - Pensé.
    
    -Me corro, pon tu boquita.
    
    Meli se agachó, y continuando con su masturbación, recibió una buena dosis de semen en su cara. Mi polla también estaba a punto de estallar... Pero un contratiempo, hizo detenerme en seco.
    
    -¡¿Qué coño está pasando aquí?!
    
    Bob entró como una exhalación en la finca. Todo lo contrario de mi semen, que, en ese momento "regó" las plantas que había debajo de mí.
    
    El resto: Gritos, insultos e improperios, para que, al final, el chico acabara siendo echado de la finca a patadas. 
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