1. Cena de amistad


    Fecha: 25/11/2021, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Después de un tiempo intentando quedar para comer y varias tenAlmuvas fallidas por los trabajos, los dos amigos por fin cuadraron un sábado para comer. El lugar donde habían quedado no sería el más elegante, ni el más sofisticado pero si un restaurante que ella no conocía. Ella había sugerido ir a Ginos, Salvador sin embargo prefirió que conociera La Mafia se Sienta a la Mesa, en los dos servían el plato favorito de Almudena , pasta. Habían quedado un poco antes para ir sobrados a comer, a pesar de ser principio de septiembre y no hacia fría, Salvador vestía unos vaqueros azul claro, una camisa blanca estampada de manga corta, unas deportivas. Una barba descuidada poblaba su cara, sus ojos tapados por las gafas de sol, le daban su peculiar estilo. El miraba su móvil esperando un mensaje de que ella había llegado. Levanto la cabeza de su móvil y miro de derecha a izquierda, allí llego aparecer a Almudena , la vio caminar a lo lejos de la calle. Caminaba despacio, sonriente, el vestido que había elegido para la cita resaltaba sus curvas. Un vestido negro, por encima de la rodilla y con escote de pico cruzado y manga corta con unos botines de caña corta, con adornos, tacón de cinco centímetros y de color entro su pelo negro recogido en una sencilla pero a la vez elegante coleta, don la parte de adelante suelta. Al llegar a la misma altura se besaron, después de eso se miraron
    
    - ¿Pasamos? Dijo el, mientras gentilmente le ofrecía pasar delante de él.
    
    - Sí claro, a eso hemos ...
    ... venido ¿no? Respondió ella.
    
    El abrió la puerta y la dejo pasar a ella delante, al acercarse al atril donde esperaba la maître
    
    - Tenía una reserva al nombre de Salvador. Dijo el
    
    - Síganme por favor. Respondió la maître había reservado.
    
    Muy amablemente la siguieron, Salvador dejo pasar a Almudena delante, habían recorrido un par de metros cuando ella se volteo y le pillo mirándola el culo, ella se sonrojo a la vez que sonrió. Al llegar a una parte reservada del restaurante, conde les pusieron en una mesa tranquila para dos, sentándose el uno frente al, una pared a su lado derecho. Mientras se acomodaban, la maître les entrego las cartas, para irse otra vez a su sitio.
    
    - ¿Te gusta el sitio? Le pregunta el para romper un poco el silencio de que había generado el mirarse uno enfrente del otro
    
    - Siiii, mucho. Estoy alucinada. No lo conocía. Responde sonriendo Almudena
    
    Mientras charlaban de forma cada vez más relajada les trajeron los aperitivos. Unos canapés variados, pequeños recipientes con distintos tipos de ensalada, pan y mantequilla. Todo en pequeños platos de porcelana, estampados y que hacían juego con la decoración. Le costaba mucho mirarla a los ojos. De vez en cuando la mirada bajaba a través de cara y llegaba hasta la línea que marcaba el canal de su pecho en el escote.
    
    - Oyeee, ¡¡qué buena pinta tiene todo!! No sé qué pedir, dijo mientras hojeabas la carta.
    
    - La verdad es que lo siempre pido lo mismo. Respondió el
    
    - ¿Y que era? Indago la ...
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