1. Quiero que me la metas muchas veces


    Fecha: 24/11/2021, Categorías: Confesiones Autor: Halcon nocturno, Fuente: CuentoRelatos

    En el verano de mí vida conocí a una hermosa muchacha muy sexy, de piernas sinuosamente torneadas, turgentes y delicadas, que siempre vestía muy coqueta resaltando un delicioso trasero, poseedor de unas nalgas sensacionales, respingonas y muy redondeadas que invitaban no sólo a contemplarlas sino a acariciarlas, besarlas y desde luego, penetrarlas; pero este portento de mujer también poseía un rostro travieso y angelical, con su pelo muy corto, de grandes y expresivos ojos y unos labios carnosos que incitaban a comerlos. Era mi compañera de trabajo y apenas contaría con unos 22 o 23 años de edad.
    
    Todos los días como si fuera un ritual, la veía pasar atravesando el umbral del consultorio en su parte posterior, regalándome una sonrisa, mientras yo contemplaba su armonioso cuerpecito deambulando cadencioso y sensual frente a mis embelesados ojos que no perdían ni el más mínimo detalle.
    
    Quién habría de decirme que esa ricura de mujer, un buen día me estaría llamando para decirme que “se estaba quemando por tener sexo” y que me apresurara a encontrarla para que nos cogiéramos desesperadamente.
    
    Todo eso sucedería muchos años después, en los que acontecieron muchas cosas en su vida; ya que fue novia de un médico y más tarde se casó con un camarógrafo de televisa, con quien no duró mucho tiempo, pero que tuvo una hija y del que finalmente se separó.
    
    Durante todo ese tiempo se fue deteriorando su belleza, dejándose subir de peso y cayendo en gran depresión, sin embargo, ...
    ... estos eventos habrían de permitirme tener un gran acercamiento con ella como su confidente y apoyo para la resolución de sus problemas morales y a veces económicos, pero además sirviendo de una especie de psicólogo, a través largas pláticas y estableciendo una gran cercanía y amistad.
    
    A veces acudía a mí en sus momentos críticos y yo la escuchaba y relajaba con algunos ejercicios de sensibilización y respiración que realizábamos en el consultorio, donde casi siempre se terminaban las sesiones con un cálido y fraternal abrazo que acallaba y menguaba sus emotivos sollozos.
    
    Al parecer todo esto la desestresaba y le daba confianza, al grado de compartirme su mayor secreto, que no era otro, que su frigidez, ya que a ella siempre le había sido muy difícil entregarse a un hombre y que en toda su vida no había experimentado un solo orgasmo; que podían pasar algunos meses sin que ella sintiera el deseo por una relación sexual.
    
    Y es que como consecuencia de la separación de su esposo ella no había podido relacionarse con nadie, aunque había tenido un acercamiento de noviazgo con un compañero sin consumarse como verdadera relación.
    
    Por aquellos días llegó a la clínica una coordinadora en plena madurez, pero muy atractiva que hizo amistad con ella, enterándose de su depresión y sus problemas por los que atravesaba, incluyendo su depresión, por lo que le preguntó si había probado masturbarse para relajarse de su tensión y ante su respuesta negativa, decidió enseñarle algunas ...
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