1. Quiero hacer un gato (3/3)


    Fecha: 16/11/2021, Categorías: Confesiones Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    Los cuatro estábamos desnudos y tal cual, era un intercambio de parejas. Eduardo y yo, tomados de la mano, veíamos azorados el cortejo que se daba frente a nuestros ojos. No cabía duda, nuestros cónyuges estaban enamorados entre sí, ¡sólo faltaba que hablaran de su futuro en nuestras narices!
    
    —¿Vamos a la cama? —Nos propuso Saúl poniéndose de pie y ayudó a Adriana a levantarse y al lograrlo la mantuvo abrazada de la cintura con mucha devoción—. Ahora tú escoge el vino que llevaremos allá, le pidió.
    
    Adriana solicitó que abriéramos la segunda botella de champaña y para no sentirnos desairados, porque a nosotros ni nos preguntaron, Eduardo y yo fuimos por la botella de la nevera, vaciamos hielos y un poco de agua en la cubeta y la metimos. En el trayecto tomé cuatro copas limpias. Al llegar a la recámara, ésta estaba muy bien iluminada, la música se escuchaba bien y, seguramente, Saúl ya había cambiado el control de las cámaras de video para que ahora sólo se hicieran tomas de ese lugar en diferentes ángulos.
    
    —Voy al baño, dijo Adriana —y se encaminó hacia allá.
    
    —Te acompaño —dije y la seguí.
    
    Sentada en la taza del WC, mientras meaba, me dijo “Tú marido sí sabe cómo tratar a una mujer. Te creo que tu enfermedad hizo que amaras a otros, y parece que ya me contagiaste: me enamoré de Saúl, pero amo mucho a Eduardo”, me confesó antes de escucharse el sonido prolongado del líquido de su micción. La entendí y la abracé y con una sonrisa como la que se dirige a una ...
    ... hija le susurré “Te entiendo plenamente, yo también los amo”. Ella tenía unos ocho o diez años menos que yo y me relampagueó la idea de que pudiera embarazarse, yendo mi mente a otros pensamientos y recuerdos en los cuales me quedé absorta, al grado de que no me enteré cuando salió del cuarto de baño.
    
    Cuando salí, me di cuenta que Saúl les enseñaba el dibujo donde él recreaba “mi gato”.
    
    —Que ella nos los explique y nos acomode —sugirió Saúl.
    
    —Les comenté cuáles serían las posiciones ¡Escojan sus lugares! Luego cambiamos...
    
    Eduardo y Saúl se acomodaron bocarriba (vergarriba, para ser más objetivos) y encontrados. “¿En qué verga quieres empezar?” le pregunté a Adriana. “En la de mi marido, creo que por lo grande es más fácil ensartarme y luego cruzarme”, dijo. Le ayudé a acomodarse para que mi marido tuviese sus tetas en la cara, las cuáles empezó a acariciar y lamer de inmediato, no las tiene grandes como las mías, ella es copa C, nada desdeñables para mi marido… Yo chupé un poco el pene de Saúl, para que se irguiera más y poder acomodarme como lo preveíamos, pero no era necesario, las mamadas de teta que él le daba a Adriana y las caricias con besos de ella en su cabeza ya lo tenía encendido. Con un poco de celos y queriéndome desquitar le dije a Eduardo “Toma, mi amor, un poco aguadas de tanto que me las has mamado durante muchos años” al meterle el pezón en la boca, nadie dijo nada al respecto: ellos porque estaban con la boca llena y Adriana tenía una cara de ...
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