Juegos sexuales con mi novia Liz, Isaías
Fecha: 05/11/2021,
Categorías:
Intercambios
Autor: Homelander, Fuente: CuentoRelatos
... novia le hubiera dicho eso, me parecía demasiado incluso siendo su mejor amiga, Selín reía histéricamente viéndome, buscando reacción, yo vi a Liz confundido, ella me abrazó de inmediato besándome la mejilla y riendo nerviosamente, me miraba a los ojos y sonreía nerviosa, buscando perdón, fue obvio que Selín se sobrepasó.
—Tú si sabías obvio — me decía la malvada mujer sonriendo nerviosa.
—Si — respondí rápidamente, pensé que me vería más idiota si lo negaba, Isaías veía todo atento, tampoco parecía sorprenderle esa información.
—Además mi macho la tiene enorme — decía Selín con orgullo pasándole la mano por encima de la entrepierna — Me va lastimar la garganta — proseguía y reíamos.
—Les enseño el cuarto — decía Liz rápidamente, parecía nerviosa de que su ebria amiga se fuera más de la lengua.
Nos levantamos y caminamos hacia dentro de la casa, Liz les asignaba su cuarto como había dicho.
—A ver si los dejamos dormir — dijo Selín riendo entrando de la mano de Isaías al cuarto.
—¡No vayan a escucharlos los vecinos no jodas! — decía Liz nerviosa, pero todos reíamos.
Ellos cerraban la puerta, Liz me conducía de la mano hasta el cuarto de sus padres, entramos y parecía tan prohibido que estuviéramos ahí, casi me resistí a acercarme a la cama, ella se sentó con naturalidad, me miró y se quitó la blusa frente a mí, un lindo brassier negro se dejaba ver, me senté a lado de ella y comenzamos a besarnos y a tocarnos.
Me quite rápidamente la camisa y los ...
... pantalones, ella se quitó los shorts de pie, pero de espaldas frente a mí, su precioso culo envuelto en unos lindos cacheteros morados con encaje me ponían como piedra, ver cómo su precioso culo salía a la luz me seguía emocionando como la primera vez. Me quité los boxers, ella se sentaba sobre mi firme madero dándome la espalda y se restregaba simulando sexo, cuidando de meter mi verga a lo largo entre sus preciosas y firmes nalgas.
Me dejé caer sobre mi espalda en la cama, ella me montaba sin penetración como acostumbrábamos, se rozaba contra mi verga y yo la tomaba firmemente del culo con ambas manos, aún no habíamos follado y disfrutábamos muchísimo restregarnos uno contra el otro hasta que me hacía eyacular. Nos besábamos, le apretaba las nalgas y me restregaba con fuerza contra ella desesperado de que lo único que nos separara fueran sus lindos y delgados cacheteros, tan delgados que podía sentir su humedad sobre mi falo.
De pronto nos quedábamos quietos ¿escuchamos algo? Un firme gemido de Selín nos espabiló.
—Jajaja que puta vergüenza — decía Liz en voz baja.
—Jajaja que puta envidia diría yo — dije honestamente, ella me miró sorprendida.
—¿Te gustaría cojerte a Selín? ¿No que estaba gorda y no sé que? — me preguntaba sonriendo, me sentí a salvo, no parecía molesta, solo sorprendida.
—¡No, no! Que envidia que ellos estén cogiendo y nosotros no — reparé inmediatamente.
—Te diré cuando esté lista — me decía sonriendo y restregándose, parecía que herí ...