1. Sombras en la noche


    Fecha: 19/10/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Ha pasado ya mucho tiempo y, sin embargo, aun tiemblo cuando lo recuerdo.
    
    Todavía hoy no sé quién eres y sé que moriré sin descubrirlo. Esa es la clave que hace de esta historia algo único y especial.
    
    Cuando comenzamos a hablar nunca sospeché que nos conociéramos pero, claro, nuestra ciudad no es demasiado grande. Puedes ser un amigo, un compañero de estudios, un familiar lejano, el marido de alguna amiga o conocida, el carnicero de mi barrio o cualquier hombre que forma parte de mi círculo más o menos cercano. Puedes ser cualquiera y eso hace que todo esto sea tan morboso.
    
    Acepté tu propuesta con una mezcla de deseo y desconfianza, pero me encanta experimentar nuevas sensaciones. Me ofreciste hacer algo nuevo para mí, algo que nunca antes me había planteado y decidí vivir la experiencia porque hay trenes que no deben dejarse pasar.
    
    Me citaste en un hotel de la ciudad. Tu me diste el número de habitación y yo me presenté a la hora pactada. Todo estaba perfectamente hablado. La puerta estaba abierta y la luz apagada. Nunca llegaríamos a vernos el rostro y debíamos hablar en susurros.
    
    Por el sonido de tus palabras soy incapaz siquiera de imaginar quién puedes ser, pero el aroma de tu piel y la calidez de tus besos se han quedado tatuados para siempre en mis recuerdos.
    
    Esa noche fue una de las pocas ocasiones en las que puedo decir que hice verdaderamente el amor con un desconocido. Hubo feeling desde el primer beso, desde la primera caricia.
    
    Recorriste ...
    ... todo mi cuerpo con tu lengua, dibujando con tu saliva mi placer. Comiste mi culo como pocos supieron hacerlo hasta llegar a hacerme correr de gusto sin ni siquiera tocar mi clítoris. Solo con tu lengua en mi culo conseguiste mi primer orgasmo. En ese momento, sabía que quería entregarme por entero a ti, ser completamente tuya por unas horas.
    
    Hicimos un 69 fenomenal, por el grosor en mi boca sé que tienes una polla muy bonita, gordita y larga. El capullo grande y bien redondo. Sabrosa y no demasiado babosa. Sólo te mojas cuando ya te has corrido. Nos corrimos a la vez, mi jugos en tu boca y tu corrida en la mía.
    
    Dedicamos buena parte del tiempo a besarnos y acariciarnos. Al no poder utilizar el sentido de la vista, el del tacto y olfato se vuelven más intensos. Te vuelves más sensible a las caricias y tu cuerpo tiembla cuando sientes la mano o la boca del otro sobre ti.
    
    Apenas hablamos, no hacía falta. Yo podía adivinar en cada momento lo que tu querías hacer conmigo. Por eso, en cuanto sentí que cambiabas de postura y comenzabas a ponerte sobre mí abrí mis piernas para hacerte más fácil el camino a mi paraíso.
    
    Me penetraste despacio, como si estuvieras desvirgándome y temieras hacerme daño. Fue un sexo suave, lento, con cariño y cuidado. Lo sentí así, especial. No paraste de besarme y tocarme.
    
    Saliste de mi coño para darme vuelta y colocarme boca abajo. Penetraste mi culo y te echaste sobre mí. Todo tu peso en mi espalda traducido en puro placer. Tus gemidos en mi ...
«12»