1. Madre hot: Mi primo


    Fecha: 18/10/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alexandre, Fuente: CuentoRelatos

    Mi primo Manel -por parte de padre- es un veinteañero alto y fuerte como un toro, aunque físicamente proporcionado. No muy aplicado en sus estudios, ha optado por dedicarse a un trabajo donde la fortaleza corporal sea un factor determinante para conseguir trabajo, así que permanentemente se prepara en el gimnasio para posibles pruebas de entrenador físico, policía o bombero, aunque mucho me temo que acabará como segurata o portero de discoteca. Mucho cuerpo pero poca cabeza podríamos decir de Manel, aunque es un tipo estupendo, muy afectuoso y simpático. Yo le guardo gran cariño... Con él me inicié en el arte milenario de la masturbación; inolvidables aquellas pajas que nos corríamos durante las siestas veraniegas en la casa de la playa de los abuelos.
    
    Manuel se va a alojar durante unos días en nuestra casa. Se presentará en breve a unas pruebas como bombero. Buena parte del día la pasamos juntos. Sigo en la terraza sus ejercicios de puesta en forma: flexiones, sentadillas, estiramientos, musculación con mancuernas... Todo un espectáculo ver su cuerpo sudoroso y atlético en su empeño por mejorar su tono muscular y aprobar el examen. Unas veces en chándal, otras en bóxer, Manel no puede disimular que está muy bien dotado. Yo ya lo sabía pero mi madre lo intuyó cuando una vez se acercó a nosotros y observó aquel bulto descomunal moviéndose al ritmo de marcaban los saltos con la comba.
    
    Algo se encendió en la mente calenturienta de la mujer. A Manel no había nada que ...
    ... encenderle pues estaba en permanente excitación sexual. Más de una vez tiempo atrás me había dicho lo mucho que le ponía mi madre y más de algún pajote la tuvo como destinataria. Dormíamos en el mismo cuarto aunque en camas separadas y nuestras conversaciones en la oscuridad antes de echarnos a dormir versaban sobre mujeres, polvos y situaciones explosivas. Yo sé que cuando me suponía dormido se masturbaba como un animal, quizás pensando en las espectaculares tetas y soberbio culo de mami... y yo otro tanto. Al día siguiente mi madre tendía que lavarle los calzoncillos y bien sabía de las calenturas de sus sobrino político.
    
    La última noche de Manel en casa -ya realizada (y no superada) su prueba para bombero- nos dispusimos toda la familia a ver la tele en el salón después de cenar. Bueno, todos menos mi hermana que, debido a su edad, tuvo que irse a su habitación, pues la película estaba clasificada para mayores de 18 años. Se trataba de un filme japonés titulado "El imperio de los sentidos", que desde el primer momento a mí me pareció un tostón pero mi madre insistió que se trataba de una obra maestra.
    
    Papá, muy en su línea, no dijo ni mu; a ver quién le llevaba la contraria a la "experta" cinéfila, y casi a la mitad de la película cayó dormido como un tronco. A mí la historia empezó a interesarme al poco, pues había unos componentes incesto-gerontófilos que me excitaban sobremanera. Así que bien atentos a su desarrollo estábamos Manel y mi madre (cubiertas las piernas ...
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