1. Mi primera vez en un avión


    Fecha: 16/10/2021, Categorías: Masturbación Autor: Luna_demiel, Fuente: CuentoRelatos

    Durante los primeros días de enero, compramos un paquete de vacaciones con 2 amigas más (lamentos defraudarlos pero no, Sofía no viajó conmigo) para la Isla de San Andrés, Colombia.
    
    Llegamos a nuestra sala de embarque y todo iba excelente. Necesitábamos un descanso de este fastidioso 2020 y lo tendríamos en una de las mejores regiones del Caribe así que solo quedaba disfrutar. Andrea y Amanda quedaron sentadas juntas y yo, varios asientos más atrás. No viajaba mucha gente quizás por el COVID por lo que no tenía acompañante y lo encontraba ideal pues podía escoger ventana o pasillo, ir al baño sin molestar a nadie y disfrutar de mi lectura así que puse mis audífonos, el avión despegó y mi viaje comenzaba sin problemas.
    
    Pasado unos 40 minutos, sentía que mi asiento se movía levemente o le daban pequeños golpes. Quité uno de mis audífonos y miré hacia atrás como advirtiendo a mi acompañante trasero que me estaba molestando pero no vi quién iba y continúe con mi lectura. Tras unos minutos, vuelvo a sentir lo mismo pero esta vez, me quité ambos audífonos y quedé atenta para escuchar de qué se trataba. Sentí unos pequeños gemidos rápidamente ahogados. Dejé mi libro y me paré para el baño, aunque en realidad sólo quería ver quién era el imprudente que no me dejaba leer tranquila. Era un chico de unos 23 años que, apresuradamente marcó la pantalla del teléfono al verme y nervioso, miró por la ventana. Seguí mi camino al baño y de regreso, pude observar (Su asiento era el más ...
    ... próximo al baño) de forma muy cautelosa, que miraba un vídeo porno, haciendo zoom en las penetraciones de una chica. Eso me calentó y me sorprendía, pues no es que desconozca esas películas pero saber que estaba sentado detrás de mí, seguramente masturbándose me puso a mil. Entré nuevamente al baño y comencé a masturbarme pensando en una de mis fantasías: Traía al chico al baño, cerraba la puerta, le hacía un rico sexo oral para luego ser penetrada por él. Al terminar, satisfecha de mi trabajo, volví a mi asiento aún un poco excitada. Dejé mi lectura para poner atención a lo que él hacía. Seguían los pequeños gemidos y los movimientos de mi asiento, supongo que quería estirar sus piernas para alcanzar el orgasmo así que decidí ayudarlo.
    
    Me paré, miré a mí alrededor y pude constatar que la mayoría dormía. Viajábamos de noche así que no había mucho de qué preocuparse. Lo mire y dije:
    
    -Te das cuenta que no me estás dejando dormir, ¿verdad?
    
    El pobre se puso muy nervioso, se sacó los audífonos en cuanto lo miré y me dijo:
    
    -Disculpa, no… no me di cuenta.
    
    -¿Qué estás haciendo?, ¿Por qué te mueves tanto?
    
    -Lo siento… De verdad no me di cuenta
    
    -¿Necesitas ayuda? – dije mientras me sentaba a su lado.
    
    -¿Cómo?
    
    -Eso… Parece que necesitas un poco de estímulo pero más real que ese vídeo.
    
    Estaba blanco y pensé abortar misión. Tal vez nunca había cogido con nadie o tenía pareja y le era fiel… intenté probar una vez más
    
    -Podríamos hacer algo juntos… si tú quieres, ...
«123»