1. Pagando por el exquisito postre de Mónica


    Fecha: 14/10/2021, Categorías: Primera Vez Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    Conocí a Mónica en un viaje de negocios que hice en la ciudad de Cancún México pues ella trabajaba como mesera en un restaurante adyacente al hotel donde yo me hospedaba. Ese día estaba con un grupo de tres socios más y algunos potenciales clientes y de seguro todos fantaseamos con llevarnos a la cama a la hermosa y coqueta Mónica. Tenía como uniforme una minifalda de color marrón y una blusa blanca transluciente donde se le podía divisar su brasier blanco donde se acomodaban unos preciosos pechos que estimé en una copa C. Era de cuerpo delgado, pero tenía unas pronunciadas caderas y se podía divisar un trasero redondo y que días después lo vi haciendo ese movimiento sensual al caminar con unos pantalones bien tallados a su cuerpo que me invitaban nuevamente a fantasear. Me gustó tanto su rostro y su cuerpo que de los cinco días que estuve en la ciudad, cuatro noches fui a cenar al mismo restaurante donde siempre procuré que me atendiera Mónica, pues además de su belleza me gustaba su coquetería en un rostro bello, pero también pícaro.
    
    Para la segunda noche la invité a salir y aunque no me dijo ni sí ni no, ella se volvió más intensa con su coquetería y sus pláticas insinuadoras realmente eran muy provocativas. Obviamente pensaba que todo aquello era que buscaba ganarse una buena propina y verdaderamente fui muy generoso con ella. Quizá tenía sus veinte años y yo en ese entonces ya había cumplido mis 45 y la penúltima noche en son de broma me dijo que no salía conmigo ...
    ... porque tenía novio y que era muy celoso y que siempre la llegaba a recoger. También, en son de broma le dije que no tenía que decirle nada a su novio y que yo no era celoso. Recuerdo que tuvimos una corta plática mientras me servía, pues ella estaba ocupada todo el tiempo, pero hacía el esfuerzo por mantenerme a la expectativa diciéndome cosas como: ¡Usted es un señor muy provocativo! O ¿Cómo ha de sufrir su mujer todo el tiempo, si de verlo dan ganas de comérselo? – Era como Mónica le gustaba coquetear y no sé si lo hacía con todos los clientes, pero conmigo era muy receptiva y aunque a penas la conocía, se daba para tener mucha confianza. Esa misma noche me preguntó de una manera muy provocativa:
    
    -¿Y qué me quiere hacer don Antonio? Mire que usted me pone muy nerviosa.
    
    -¡Que es lo que no te haría! ¡Te besaría hasta la sombra! -le dije.
    
    -Pues mala suerte para usted pues este postrecito no está en el menú.
    
    -Pues si estuviera, no me importaría el precio a pagar.
    
    -¿Y cuánto está dispuesto a pagar? -me preguntó sonriendo.
    
    -¡Uh… no sé! Unos… trecientos dólares.
    
    -¿Tan poco valgo? – me respondió.
    
    -Bueno… estaría dispuesto a pagar hasta $500. -le dije.
    
    Ella me volvía a sonreír y de esa manera continuó coqueteando e insinuándose conmigo hasta el final de mi cena. La siguiente noche regresé y le dije que esa era la última vez que la vería, pues la siguiente mañana volaba para Los Estados Unidos a mi casa. Ese noche la sentí algo ausente y pensé que la plática ...
«1234...7»