1. Viuda reciente, madre caliente (2)


    Fecha: 03/10/2021, Categorías: Incesto Autor: Azalais, Fuente: CuentoRelatos

    Capitulo: Soy la puta del chulo de mí hijo.
    
    Al final del primer relato, expliqué cómo mí hijo Mario me consoló de mí reciente viudez, follándome y dándome un placer que mí difunto marido nunca supo darme.
    
    Desde que me folló por el culo, me he vuelto una madre muy guarra y caliente, queriendo recuperar con mí amado hijo el tiempo perdido, disfrutando al máximo al ser follada por el culo. Me he vuelto una adicta del sexo anal, además de una verdadera puta y sumisa, permitiéndome que mi hijo me chulee, llegando a permitir que el muy chulo y perverso, me prostituya en los cines de barrio, haciéndome que pajee a los abuelos, y obligándome a que le de todo el dinero a él, siendo así mí chulo además de mí Amo, cosa que debo reconocer para vergüenza mía, me gusta y me hace feliz, cómo me chulea y me somete cómo a su perra sumisa.
    
    A la semana de haberme follado por el culo, mí hijo me propuso que le dejara dormir conmigo en mí cama, así según él no me sentiría tan abandonada y triste
    
    —Mamá que te parecería si duermo contigo en tu cama, así no te sentirás tan triste y sola, quiero que no estés triste más tiempo, papá casi nunca te hacía caso últimamente.
    
    —Tesoro sé que lo haces por mamá, pero me da algo de vergüenza que durmamos juntos, apenas hace seis meses de su muerte.
    
    Reconozco que has sabido darme más placer, que el que tu padre me dio nunca, pero mí educación me hace que tenga remordimientos, me siento culpable de dejar que me hayas hecho tuya, de aquella ...
    ... manera, gozando cómo animales los dos... mientras le fui hablando me quité la chaqueta negra y la blusa, quedándome con un vaporoso body de color azul eléctrico, que mostraba mis menudos pechos casi del todo, apenas cubiertos los pezones por la blonda negra del borde.
    
    La mirada de mí hijo se clavó en mis tetas, mientras yo le iba hablando, sintiendo cómo mí coño me traicionaba, humedeciéndose al sentir los ojos de mí hijo en mis pezones, que se mostraban henchidos y duros por la excitación que me provocaba su lasciva mirada.
    
    Mi hijo me interrumpió, a la vez que me atrajo hacia él cogiéndome de la mano, haciendo me sentara en sus muslos, igual que hiciera el sábado pasado al volver del cementerio, al descubrirme mientras me pajeaba
    
    —Mamá sabes de sobras que tu cuerpo necesita ser acariciado, que mis manos lo acaricien cómo sólo yo sé hacerlo, por eso tienes ya los pezones duros de excitación, así que no trates de engañarte a ti misma ni engañarme a mí.
    
    Seguro tienes ya el chocho húmedo de deseo, eres una madre muy guarra y lo sabes. Mientras se atrevió hablarme así, subió su mano por mis muslos hasta mis bragas, agarrándole yo la mano, pero sin hacer nada por detenerlo, mientras le pretextaba sin ninguna convicción
    
    —n-no… e-es... cierto hijo, no me acaricies así, haces qu-que me confun... da... mmm… ah. Su mano me acarició todo el coño por encima de la tela, sin que mí mano encima de la suya la detuviera, descubriendo rápidamente cómo tenía de húmedo el coño.
    
    En ...
«1234...12»