1. Con el abogado en su despacho


    Fecha: 01/10/2021, Categorías: Infidelidad Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Esa experiencia que tuve con Joaquín me dejó caliente, me quedé con las ganas de ser penetrada por él.
    
    Sin que mi marido lo supiera yo continué mandándole mensajes a Joaquín mi abogado, ya no tenía nada que hablar con él, pero seguía enviándole fotos mías y uno que otro video a lo que él hacía lo mismo mandándome su verga y videos viniéndose rico.
    
    Un viernes por la tarde fui a visitar a Joaquín a su despacho sin que mi marido lo supiera.
    
    Eran cerca de las siete y como era viernes ya no había casi nadie en la oficina, sólo su secretaria, que por cierto me echó unos ojos de pistola y uno que otro más.
    
    Por ahí de las siete y media, luego de varios cuchicheos sobre la ex clienta que viene a ver al jefe, otra más, por fin Joaquín me recibió.
    
    La verdad, aunque estaba en esos días que andas urgida de sexo, no iba particularmente cachonda, llevaba una blusa negra medio transparente, una falda corta, no mini, unas medias negras que me llegaban a medio muslo y un conjunto negro de ropa interior pequeño, como los que me gustan.
    
    Unos minutos después de haber entrado, Joaquín les dijo a las personas que quedaban, que, si querían y no tenían pendientes, podían irse.
    
    Lo que, por supuesto hicieron, nos sentamos uno frente al otro, en el lado del escritorio opuesto al suyo.
    
    J: Bueno, ¿y qué te trae por aquí?
    
    K: Nada más quería saludar, platicar, no sé, ¡la verdad recordé lo de hace un mes!
    
    J: Ah, muy bien, ¡pues un placer, cuando quieras, ya sabes!
    
    K: ...
    ... ¡Gracias!
    
    Joaquín comenzaba a comerme con la mirada, no dejaba de mirarme las piernas, a lo que yo cruzaba al máximo para que se me viera debajo de la falda.
    
    J: ¡Qué guapa! ¿A dónde vas? ¿A romper corazones?
    
    K: No, ningún plan.
    
    J: ¿Y tu marido?
    
    K: Le dije que iba a cenar con unas primas.
    
    J: ¿Andas de traviesa?
    
    K: ¡Jajá, tal vez!
    
    J: ¡Te ves muy bien de negro! Linda blusa, ¡bonita falda!
    
    Cuando lo dijo comenzó a acariciarme las piernas, sus manos llegaban hasta mis muslos, yo lo miraba fijamente, ¡casi retándolo para hacer algo más!
    
    K: ¿De veras le gusta?
    
    J: ¡Ábrete un poco más la blusa!
    
    Así lo hice, desabotonando un botón más y él acariciaba mis piernas subiendo cada vez más sus manos; las separó y se acercó a mi entrepierna- Qué ricas medias, ¡muy sexy –yo estaba ardiendo!
    
    K: ¡Mmm!! ¡Que rico acaricias!
    
    J: ¡Ábrete la blusa!
    
    ¡Me dijo cuando al fin rozaba con sus dedos mi panochita sobre el panty!
    
    K: ¡No he dejado de pensar en lo de la vez pasada!
    
    J: ¡Lo se mami, yo te he dedicado miles de chaquetas, imaginando que te penetro!
    
    Joaquín empezó a besarme el cuello, sus manos palpaban mi húmeda vagina que reaccionaba al sentir sus dedos palpar, como buen líder comenzó a darme de ordenes!
    
    J: Levántate la falda, ¡quiero ver tu tanga!
    
    Yo obedecí a Joaquín, levantándome mi falda y mostrándole mi tanga de encaje negra, ¡húmeda por mi calentura!
    
    J: Muy bien, muy bien, ahora quiero que te masturbes, ¡quiero ver cómo te dedeas!
    
    K: ...
«1234»