1. Aventuras y desventuras húmedas: Primera etapa (3)


    Fecha: 30/09/2021, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    Por la mañana, apenas perdieron el tiempo. Se asearon rápido, con las maletas ya preparadas y desayunaron en la misma mesa de la noche anterior. El lugar se veía de una forma muy diferente. Las luces iluminaban mucho más el recinto y los susurros se habían intercambiado por conversación a un volumen mucho mayor.
    
    Sergio pidió sin dudar un cola-cao, algo que hizo reír a Carmen que había pedido un café. Por mucho que hubiera pensado la noche anterior que Sergio había crecido, todavía seguían siendo muy joven.
    
    Dio el primer sorbo de café, dándose cuenta de que la leche se había enfriado, algo que para Carmen le quitaba todo lo bueno al brebaje. Sin embargo, decidió tomarlo de esa forma, aunque su sobrino le dijo que lo cambiase, ella contestó que no era necesario, que lo tomaría así. Pero de pronto, Sergio girándose hacia el camarero le llamó la atención.
    
    —Perdón, le podría traer leche caliente a mi esposa, es que se le ha enfriado.
    
    Carmen se quedó sorprendida y arqueó una ceja en gesto de perplejidad, no por la poca vergüenza de su sobrino para exigir algo, sino por el comentario en sí. Al final, cuando el camarero se alejó unos cuantos metros, no evitó que una sonrisa muy curiosa se dibujase en su rostro.
    
    —¿Desde ayer sigo siendo tu esposa? ¡Eres un caradura! Y como me gusta, sin duda, te pareces a mí.
    
    —Ya que me confundieron con un hombre florero, pues se me ha ocurrido aparentarlo un poco y no se está nada mal. Además, que si ahora le digo “mi tía”, quedaría ...
    ... aún más extraño.
    
    —No tienes remedio hijo… y que pena que no viváis más cerca ¡Dios! Como te hubiera malcriado.
    
    Terminaron deprisa el desayuno y Sergio sin dejar que Carmen tocase las maletas siquiera, metió estas en el coche para acto seguido, poner rumbo hacia el pueblo. El reloj de muñeca de Carmen, marcaba las 10 de la mañana cuando el coche arrancó de nuevo pisando el asfalto. Sentada en el asiento del copiloto, con buena música de fondo y una grata compañía, se sentía dichosa, aunque el calor que comenzaba a aparecer en el ambiente cambiaría la situación.
    
    —No entiendo una cosa tía. ¿Cómo nos puede tomar como pareja? O sea, me refiero que sí, tenemos edades diferentes y eso, pero tampoco hemos hecho nada que nos tomara como tal, ¿no?
    
    —Ya te dije Sergio, los que estaban allí eran pareja. Además cariño, tampoco harías nada si estuvieras cenando con tu novia, ¿qué te ibas a comer la boca delante de todos? Como mucho te sujetas la mano, lanzas miradas y ya. En las habitaciones es donde se hacen cosas más íntimas. Y te lo vuelvo a repetir, hay cosas peores que tú y yo, una mujer como yo, aún podría ligarse a un “yogurin” —dijo con la voz llena de orgullo.
    
    —Que sí tía, si eso no lo dudo, pero no es lo habitual.
    
    —¡Ay, mi vida…! Lo habitual no siempre es lo mejor. —Sergio la miró extrañado, no entendía muy bien el significado— lo digo porque a veces el amor lo puedes encontrar en cualquier lado y con cualquier edad.
    
    Sergio asintió terminando la conversación, ...
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