1. La Abadía


    Fecha: 23/09/2021, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Érase una vez, entre aquellos históricos auges de la Iglesia Católica en Europa del medioevo, una abadía en Francia, controlada por un clérigo, un hombre proveniente de la Frisia llamado Vandermeer, acaudalado y de amistades influyentes cercanas al cónclave del Vaticano.
    
    En aquella abadía habían recibido desde sus principios a huérfanos de toda Europa, entre los que estaban decenas de niños y niñas españoles, italianos, pocos ingleses y algunos nórdicos de Escandinavia.
    
    Con ellos había llegado Pierre, un chico de Normandía cuyos padres lo habían abandonado en las calles en el año de 1404.
    
    Stilianos, otro de los niños llegados de fuera, era originario de la antigua Bizancio, y había llegado a la abadía a principios del siglo XV
    
    A parte de todos los niños que habían llegado a la abadía ,al final llegó una niña de 11 años, de Niza, llamada Coretta. Sus padres habían desaparecido en un viaje a las costas del norte de África, supuestamente debieron haber sido atacados por gamberros navegantes africanos.
    
    Coretta quedó sola, y al poco tiempo un joven comerciante veneciano llamado Claudio Pabi la llevó a su casa. Pero el no era ningún pervertido. La tomó como su hija. Desgraciadamente, Claudio Pabi fue raptado en el mar Adriático, y Coretta se sintió desolada, sin nadie que la acompañase por el mundo.
    
    Fue entonces cuando un cura de sus ciudad la llevó a París, y de ahí fue trasladada a La Abadía ,en el sur de Francia.
    
    Llegó a La Abadía un día lluvioso, ...
    ... acompañada por el cura de Niza. Fue recibida por VanDerMeer, y también por los niños y niñas, y jóvenes y maestros y maestras de aquella abadía.
    
    Coretta comenzó limpiando los dormitorios del cura y de otros niños y jóvenes, y fue integrada a un grupillo donde impartían el catecismo.
    
    La monja que dirigía ese pequeño grupo era Claire, una hermosa joven, de no más de 20 años, de cabello rubio y peinado en trenzas y de piel blanca como la nieve. Sus ojos eran de color negro y grandes, pero de ningún modo feos.
    
    Su complexión era más bien delgada, y jamás se movía el hábito, siempre lo llevaba puesto, y algunos decían que dormía con él. Eso no era cierto, y Coretta lo descubriría más tarde.
    
    Pasado ya un tiempo después de comenzar en catecismo, Coretta quiso explorar la abadía sin ser vista, evadiendo por una sola vez los deberes de la limpieza de los dormitorios.
    
    Entonces bajó unas escaleras que dabana a un sótano muy amplio ,como ya había visto una vez.
    
    De vez en cuando había escuchado algún gritito que al parecer trataba de ser disimulado, pero no imaginaba de qué se trataba, aunque sospechaba ligeramente de algunas cosas morbosas.
    
    Coretta acababa de cumplir doce años. Su maestra de catecismo, Claire, era toda una doncella, y los alumnos la veían como la típica princesa medieval.
    
    Lo que no sabían era sobre sus ocupaciones al término de las clases de catecismo.
    
    Uno de esos días ,corrió hasta los escalones, con ayuda de otros niños, sus amigos, Pierre, Stilianos y ...
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