1. La Muerte bajo mi falda (Primera Parte)


    Fecha: 22/09/2021, Categorías: Incesto Autor: mariano9a30, Fuente: RelatosEróticos

    No recuerdo que edad tenía entonces solo retengo mi propia imagen amamantando a mis muñecas con mamas de verdad verdad. Mi fantasía infantil era tan prolífera que me dolían cuando no había jugado a las horas que les tocaba la lactancia. Crecí en una casa muy grande con varios patios y muchos cuartos donde vivía un clan de gitanos que no habían perdido del todo el salero propio de la España moruna.
    
    Mi padre se había marchado a su tierra para cobrar una deuda pendiente, pero antes de cobrar lo retuvo la mili, que de niña creí que era una mujer, pero después me enteré de que así llamaban al servicio militar español y que allá es obligatorio. Entre tanto, mi madre dejó entrar a la cama a mi tío Pepe y también a mi hermana mayor.
    
    Yo dormía en una pieza aparte con mi abuela de quien aprendí a leer las cartas y las líneas de la mano. A leer aprendí con mi hermano Manolo que me leía los cuentos de calleja e inventaba unos jueguitos interesantes. Manolo murió joven a causa de una cogía que recibió en una tarde de fiesta brava.
    
    Recuerdo que una noche cuando mi abuela dormía profunda y manolo andaba de putas, como ella decía cuando no amanecía en el cuartucho que compartíamos los tres. Salí a la terraza a mirar las estrellas y cuando bajaba por la escalera de caracol, los vi a los tres desnudos sobre la cama. Mi madre le succionaba la polla como si fuera una helado de barquilla, mientras mi tío lamía la almeja de mi hermana. Yo me quedé impresionada por aquella visión que me ...
    ... dejó turbada por mucho tiempo, sobre todo porque después cambiaron las posiciones y los roles.
    
    Esa noche mi mamá se cansó primero, y se hizo a un lado a descansar. Mi hermana abrió las piernas mientras el tío Pepe disfrutaba besando las plantas de ambos pies, uno por uno, dedo por dedo, luego la empuñaba por los tobillos como si fuera una carretilla de mano arrodillado frente a ella. Mi madre se ponía la mano entre las piernas mientras observaba como el tío Pepe, con ambos tobillos en sus orejas comenzaba a flexionar el cuerpo mientras besaba ambas pantorrillas por dentro girando hacia un lado y hacia el otro hasta llegar a las rodillas. Allí enganchó las piernas de mi hermana en ambos lados. Con las piernas más abiertas, continuó la operación. Lamía sus muslos por dentro, uno a uno, lentamente. Hasta el patio llegaban los gemidos de mi hermana, que pedía a gritos que se la terminara de comer. Mientras más se aproximaba la lengua de mi tío Pepe ha su almejita de mi hermana más desesperada gemía.
    
    Cuando mi tío estaba de lo más emocionado metiendo su lengua en la vagina de su sobrina, mi madre le besaba el culo, no con menos entrega y protocolo. Justo cuando la película estaba en su momento culminante sentí un templón horrible en la oreja. Era la mano de mi abuela que se había despertado a orinar y no me encontró dormida en la cama. Ella sabía todo lo que siempre sucedía en ese cuarto pero se hacía la vista gorda.
    
    Mi hermano Manolo tenía otra pasión que también pudo ...
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