1. Acompañando a la amiga de mi novia


    Fecha: 21/09/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Como tantas otras noches había salido de fiesta con mi novia, uniéndose a esta una amiga suya que ya nos había acompañado en ocasiones anteriores. Mi querida novia se olvidó de la medicación que tomaba, lo que me obligó a acompañarla a su casa mucho antes de la hora que teníamos en mente. Y su amiga, ante la concentración laboral del camarero que pretendía seducir, decidió también retirarse con antelación y aprovechar para que la acercara a su casa.
    
    Esta amiga era una sudamericana que mi novia conoció hace bastantes años en un curso y cuyo origen era evidente en sus rasgos, particularmente en los de su rechoncho rostro. Su cuerpo era relleno, pero no gordo, con una altura que sobrepasaba por poco el metro cincuenta y un busto de dimensiones considerables, al que acompañaba un culo bastante resultón. Se había criado en España, por lo que el acento de sus padres se veía muy suavizado, y su vestimenta era reveladora hasta rayar la ordinariez. De ella conocía su carácter alocado y la ligereza de sus cascos, sabiendo que por aquella noche se encontraba envuelta con tres hombres distintos de forma habitual, con quienes se acostaba indistintamente. En otras noches de fiesta fui testigo de su puterío, llegando a enrollarse con cuatro hombres en cuatro locales distintos en el transcurso de unas pocas horas, para finalmente ser recogida por otro.
    
    Tras dejar a mi novia en su casa procedí con la petición de su amiga y la acerqué a su casa. Siendo aún pronto en la madrugada me ...
    ... ofreció entrar y tomar un café u otra cosa para soportar mi viaje de regreso, a lo que accedí. Sin haber follado por el estado en que se encontraba mi novia, y conociendo la alocada conducta de su amiga, admito que se me pasaron ideas turbias por la mente, que fueron un aliciente para aceptar la oferta. Nada más entrar me hizo saber que su madre y su hermano, con quien compartía vivienda, se hallaban ausentes al visitar a su tía en otra ciudad y que no debía preocuparme por hablar en voz alta. Tal afirmación no hizo sino avivar mi imaginación.
    
    El café que me ofreció se convirtió rápidamente en una copa, a la que luego siguió otra en medio de una charla animada y que cada vez subía más de tono, mientras ella se acercaba cada vez más a mí. Paso de estar sentada en el sofá de enfrente a ponerse a mi lado cuando iniciamos la segunda copa, y con ella se empezó a rozar conmigo. Yo, que no soy tonto, me percaté rápidamente de sus intenciones y decidí seguirle el juego. Ella se arrimaba, yo pasaba mi brazo sobre ella y la acercaba aún más. Posaba su mano en mi muslo y yo posaba la mía en el suyo, subiendo paulatinamente. Acercaba su cara a la mía y yo posaba mis labios en los suyos. Abría su boca y mi lengua entraba para acariciar la suya. A estas alturas ya no había margen de error, nos estábamos liando y ninguno teníamos intención de parar ahí.
    
    Mis manos se adentraban bajo sus ropas y las de ellas bajo las mías. Pronto me despojo de mi camisa y poco después la suya estaba abierta ...
«123»