1. Devuelto del inframundo


    Fecha: 20/09/2021, Categorías: Gays Autor: Jascer, Fuente: CuentoRelatos

    Jesús Torres entró en esposado y con una capucha en la que sería su nueva residencia y fuente de horrores.
    
    Fue arrestado durante una de las decenas de manifestaciones estudiantiles que producían encontronazos y refriegas con la policía. Protestaba contra la tiranía y ruina de un gobierno nefasto que destruyera la economía intencionalmente, para controlar a la población mediante dependencia absoluta del estado. Sin embargo, la grave ruina hizo que disminuyeran las fuentes laborales, los salarios decrecieran, los servicios desmejoraran, la producción cesara y hubiera hambre, pues el gobierno funesto no pudo satisfacer las necesidades de la población como pretendiera. La propaganda no fue suficiente para contener a las masas indignadas y entonces el gobierno, convertido en dictadura, reprimió ferozmente cualquier intento de rebelión contra su estructura podrida, cada vez más inmunda a medida que se empapaba las manos con la sangre de inocentes que reclamaban su libertad.
    
    Esa tarde cuando ya esposado lo subían en la atestada patrulla, Jesús no tenía idea de que estaba por ingresar al infierno.
    
    La celda era larga, con un suelo gris de concreto bruto y paredes que otrora hubieran sido blancas, aunque ahora lucían amarillentas y con grandes manchas de suciedad amarronadas, y otras más pequeñas y oscuras en algunas partes, algunas en forma de salpicaduras que el muchacho dedujo sin equivocarse apenas verlas: sangre.
    
    Estando ya desnudo, como vino al mundo, sintió un ...
    ... escalofrío al verse rodeado por cuatro hombres mirando su cuerpo con ojos lascivos, ya prestos a hacerle las cosas aberrantes que se hacían con cada infeliz que entraba en aquel trozo de infierno sobre la tierra.
    
    Le sangraban los oídos por severos manotazos hasta quedar casi completamente sordo. Casi se desmayó ante aquellos golpes rotundos y si no hubiera estado atado de los brazos en la viga se habría caído.
    
    Mientras lo sujetaban del cabello y le pegaban en el estómago hasta dejarlo sin aire alguien le aplicó el alicate en los pezones hasta cubrirle el torso de anchos hilos rojos que descendieron bruscamente para fundirse en el tupido bosque de su entrepierna.
    
    No lo interrogaban, no necesitaban saber nada que pudiera decir. Sólo lo torturaban por placer.
    
    Los puñetazos le dejaron el rostro sangrando y el torso violáceo por los hematomas. Los golpes en los costados, infligidos con una media suya llena de arena, hicieron que le doliera respirar.
    
    Jesús había leído artículos sobre torturas. Cuerpos reventados a golpes eran la usanza. No sabía que un día le tocaría experimentarlo en carne propia. Y le faltaba padecer muchos horrores. En los artículos, muchos no sobrevivían a las golpizas, palizas, la electricidad, las técnicas de asfixia, los cortes, las heridas, las quemaduras con calor, con ácido, entre otras atrocidades espeluznantes.
    
    Apenas acababan de traerlo y ya se sentía devastado. Esperaba un cambio de suerte que lo librara del sufrimiento. Tenía la esperanza ...
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