1. Beatriz II


    Fecha: 25/05/2018, Categorías: Confesiones Autor: Pzonito, Fuente: CuentoRelatos

    A lo largo de los años el contacto con Beatriz era irregular, aunque tuvimos una época con encuentros bastante frecuentes, esa asiduidad nos llevó a planear diversas citas, y la planificación de las mismas se convirtió en una de las partes más divertidas de nuestra relación amistosa.
    
    Convencí a Beatriz que debía ser más osada, más desinhibida y dejarse llevar. Le propuse algo que se salía de la normalidad: cena, cine y sexo. Le pedí que se vistiera especialmente para la ocasión, mejor dicho, desvistiera y tuviéramos una cita de una forma diferente, más arriesgada. En concreto, debía ir ataviada únicamente con una combinación y medias, y obviamente, para poder salir a la calle debería llevar un abrigo a gabardina lo suficientemente largo para poder movernos por la ciudad sin generar un escándalo.
    
    Ante mi sorpresa, la propuesta fue aceptada y quedamos una tarde a las 18:00, la recogí y cuando Beatriz se subió al vehículo, mientras la besaba aproveché para comprobar que efectivamente llevaba únicamente la combinación, así era. Eso sí, llevaba un bolso extremadamente grande y sospechosamente repleto el cual me confesó ella, contenía un vestido, su red de seguridad lo llamó ella. Por mi parte, no quise que se relajara, el plan era mantenerla en un estado de permanente excitación. Mientras nos desplazábamos no perdí el tiempo y empecé a acariciarle sus pechos y en un breve lapso de tiempo, bajé hasta su sexo e inicié un ritual de caricias que no dejaron a Beatriz ...
    ... indiferente, por lo menos sus gemidos lo hacían sospechar.
    
    Nos dirigíamos a picar algo a uno de esos bares típicos donde te quedas en la barra. Cuando llegamos al destino, estacioné y antes de salir del coche, le facilité un paquete a Beatriz, se trataba de un huevo vibrador con mando a distancia remoto, y le pedí a Beatriz que se lo insertara en su vagina. Me miró ojiplática durante unos segundos y pensó que, de perdidos al río y que un día era un día, y únicamente entornó los ojos y me dijo, pónmelo tú y más vale que valga la pena, aunque he de reconocerte que estoy muy mojada.
    
    Nos dirigimos al local y durante el trayecto aproveché para probar el juguetito, y sí, realmente funcionaba. Beatriz gemía e incluso se trastabillaba al andar cuando le daba al mando, y eso que sólo había probado la velocidad lenta. A pesar del placer que estaba obteniendo, Beatriz era una amante generosa y no dejó pasar la oportunidad de irme acariciando, en un arrebato me empujó dentro de un portal, se agachó y me desabrochó el pantalón iniciando una felación, yo estaba a punto, pero quería seguir haciendo que disfrutara.
    
    Llegamos al local y por fin encontramos un hueco en la barra, pedimos unas tapas y una copa de cava, al final fueron más y la desinhibición que aporta el alcohol desató aún más Beatriz que abrió parcialmente su gabardina, ante la sorpresa y consiguiente alegría de vecinos de barra, que ya nos tenían observados por los gemidos que se le escapaban a mi atrevida amante, cuando yo de ...
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