1. LA PANDILLA DE VICTOR (19) El Colega del Chaleco


    Fecha: 22/05/2018, Categorías: Gays Autor: ZLASKO, Fuente: SexoSinTabues

    Salimos al pasillo denuevo en busca de otro cuartucho, yo iba detrás de Andrés siguiendo sus pasos, durante el tiempo que habíamos estado follando, el lugar se había ambientado bastante, había gente por todas partes y el estrecho pasillo era un gallinero. Los tíos apoyados en la pared nos piropeaban y nos tocaban a nuestro paso, las manos eran tentáculos de pulpos, como zarpas de animal posándose en nuestras nalgas, muslos, espaldas, … como catando el genero y tentando el producto. Había hombres de todo tipo, altos, bajos, jóvenes, maduros, guapos, morbosos, raros de ver, en calzoncillos, desnudos, vestidos de cuero, con tapa rabos, … etc. Algunos de ellos estaban bastante buenos, sobre todo un tío que iba con un chaleco de cuero negro y la cabeza rapada a lo militar. El colega se percató de la mirada que le eché en el paquete, por que sin pensárselo dos veces nos siguió y se metió en el mismo cuartucho en el que entramos Andrés y yo. Estaba semi oscuro, iluminado por la luz de algunas velas desperdigadas por la habitación, y unas cuantas bombillas que colgaban del techo de color rojo. El olor que te golpeaba en la nariz al entrar, era una mezcla de humo de porro, sudor de hombre, alcohol y esperma pegado en las paredes de varios días sin limpiarlos. Había tíos por toda la estancia, cada uno a su rollo, … mamadas de dos, folladas en trío, comidas de boquetes de culos, chupadas de sobacos, alguna lluvia dorada, varios hombres arrodillados alrededor de un colega, mientras lo ...
    ... lamen todos a la vez, … en una palabra … vicio a tope. Pude distinguir en la penumbra, en una esquina al fondo del cuarto, al chaval que vimos al entrar en el antro, al "perro baboso"… el que estaba mamando las pollas de los dos tíos en la barra, y lo tenían atado por el cuello con la correa de perro. Ahora estaba apoyado por el abdomen, boca abajo en una especie de potro, con las manos esposadas a la espalda, espatarrado de piernas, el culo bien abierto con el boquete mojado de saliva y la polla estirada hacía abajo por el caballete, empalmada, dura, llamando mi atención por su grosor, babeando pre-cum por el capullo y pidiendo a voces una mamada. Algunos tíos se acercaban al niñato y lo sobaban, le tocaban el culo, el boquete del ano, se lo lamían con la lengua, apretaban con sus manos los huevos del niñato, y pasaban por la raja del culo, restregándole el rabo sin metersela dentro. Era como un juego perverso, hacerle de sufrir, poniéndolo calentón al límite, cachondo perdido, … para luego dejarlo con las ganas y el deseo, de encalomarse una buena polla por el culo. Me dirigí hacía donde estaba el chaval, la escena y el niñato en sí, me había puesto realmente cachondo, y muy caliente, pues ya tenía otra vez mi cipote duro como una barra de acero. El tío del chaleco de cuero me agarró del brazo, llevando mi mano hasta su paquete, noté en ese momento en la palma, el calor de su miembro, el hinchazón que había adquirido su cipote, debajo de la tela y lo abultado que se le veía, ...
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