1. En la Playa


    Fecha: 19/07/2017, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ahoga y tuvo que subir a la superficie al poco tiempo de empezar la inmersión. Lógicamente el instructor lo acompañó. En vista de que Mary se quedó sin pareja, se unió a mí y a mi compañero. Después de unos 10 minutos mi compañero subió a la superficie y Mary y yo quedamos juntos……
    
    Yo la mire a su cara y le sonreí. Le escribí en una tabla que me agradaba mucho bucear con ella. Ella me correspondió el mensaje. Esa inmersión fue muy agradable. En la superficie, media hora después nos encontramos con Mauricio temblando de frío. Yo me fui para mi habitación y Mary con su esposo.
    
    A partir de esa inmersión el instructor no desamparó a Mauricio. Reasignaron las parejas y como Mary y yo éramos los mejores, nos colocaron juntos. Disfrutamos mucho el mar. Mauricio cuando no estaba ahogado se nos unía y lo recibíamos muy amablemente, al fin y al cabo ellos estaban de luna de miel. Pero nuestras miradas cada vez se cruzaban mas y por mas tiempo, cada vez nos entendíamos mejor debajo del agua, cada vez le veía las tetas mas grandes y me gustaba mas. Sin embargo yo sabía que nada podía pasar, es mas, no me interesaban los conflictos, podían estropear la experiencia del buceo.
    
    En las tardes, cuando la luz del sol se extinguía y finalizaba el buceo, salíamos a caminar por la isla. Las parejas salían juntas, los solteros y armábamos un grupo a parte. Algunas veces salíamos todos juntos.
    
    Un día salimos a comer langosta y caracoles. La comida continuó con algunas cervezas, la noche ...
    ... era clara y joven, el buceo de la tarde había dejado en nosotros un ambiente de paz y éxtasis que se reflejaba en el buen humor. Los chistes, las risas y los comentarios no se hicieron esperar. Continuamos con un licor de coco hecho por los nativos. A las 10 de la noche todos estabamos mas que alegres, pero no ebrios. Salimos del lugar después de haber provocado el disgusto de la propietaria por pedir cuentas separadas.
    
    Algunas parejas cogieron rumbos independientes, la noche era tibia, nosotros éramos los únicos turistas y por eso las playas eran paraísos de islas perdidas. Con el resto del grupo continuamos caminando por las playas iluminadas por la luna como el sol en un atardecer, solo los cangrejos nos acompañaban en nuestra alegre caminata. Poco a poco otras parejas se rezagaban para contemplar solos el mar o contemplar solos su amor. El grupo se fue tornando cada vez más silencioso hasta que solo se escuchó el sonido tímido del mar tranquilo, el chapoteo de algún pez enamorado y el cantar de los grillos.
    
    Continuamos caminando por varios minutos hasta que el grupo fue muy reducido y se detuvo en una hermosa playa. Mauricio y Mary decidieron seguir caminando y para sorpresa mía, me invitaron a que los acompañara. No sé por que me invitaron y mucho menos porque acepté.
    
    Caminamos en silencio por mucho tiempo. Mary rompió el silencio con una alabanza a la noche. Mauricio se unió a al festejo y nos invitó a detenernos para mirar las estrellas acostados en la playa. ...
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