1. El sagrado compadrazgo, sexo e infidelidad


    Fecha: 09/05/2018, Categorías: Hetero Autor: Lourdess, Fuente: CuentoRelatos

    No podía ser, pero ahí estaba, desperté y el simplemente me sonrió y me dio un beso muy tierno en la espalda, ambos estábamos totalmente desnudos, pero él actuaba como si esto fuera ya cotidiano.
    
    Me levanté y con cierto pudor me cubrí aunque era claro que ya me conocía muy bien, me metí a bañar salí cubierta con la toalla y con las ideas más claras me senté en la cama diciéndole que eso había estado mal y que no se repetiría, él sonrió y se sentó junto a mí, me empezó a besar mi espalda y aunque trataba de evitarlo la verdad me gustaba, sus labios me encantaban, cuando me quitó la toalla sabía que era suya, me recostó y casi jugando me acariciaba todo mi cuerpo, no hablaba, simplemente parecía querer memorizar cada parte de mí.
    
    Cuando me mordió mis pezones simplemente exploté, lo acariciaba y el me demostraba su maestría para hacerme suya, movía su lengua y succionaba mi clítoris de tal forma que gritaba como loca, me vacié y el disfrutaba verme así, se paró y me senté, y dócilmente me jalaba la cabeza para chuparle la verga que dicho sea de paso estaba muy buena, me giró e hincada esperé paciente que se jugueteara con mi boyo para luego meterme su fierro de un solo tirón, empezó a moverse con ese ímpetu que tanto me gusto... burlón me susurraba “y eso que ya no querías”.
    
    Yo simplemente cerraba los ojos y mordía la almohada, el movía su verga de una forma que me volvía loca, me volteó y jaló mis piernas se las puso al hombro y me volvió a penetrar, sentía lo grande ...
    ... de su pitote y me vaciaba como loca, pasó un buen rato, sudábamos copiosamente y él se vació dentro de mí, sacó su verga y me jaló, me tragué las ultimas gotas de semen que le salían, se metió a bañar y luego lo acompañé. En silencio nos lavábamos el uno al otro y nos dimos un beso apasionado como despedida. Me vestí y él me esperaba acostado en la cama, le dije que me saldría primero y nos despedimos.
    
    Llegué a la casa y mi marido algo malhumorado me reclamó porque no le había hablado, busqué la respuesta más estúpida y él la creyó pues dejó de pelear, me llevó a comer y la vida continuó para mí como la amorosa esposa, pero al otro día al despedirlo me quedé sola y encerrada en mi recamara trataba de acomodar mis ideas, era su amigo, cuando me lo presentó era un estudiante pero pude ver que tenía buen cuerpo y era guapo, pasó el tiempo en que nuestra amistad se fortaleció aunque no podía negar que cuando podía le veía y me gustaba más, nos casamos y él también, su esposa era muy agradable y ya en confianza pude saber que él era muy buen amante... llegaron los hijos y nos hicimos compadres.
    
    Por alguna razón nos distanciamos y ellos se fueron de la ciudad un buen tiempo, mi marido empezó a tener problemas con la bebida y discutíamos mucho nuestra vida sexual se volvió una ruina y me dediqué a ser una obsesiva ama de casa, los años pasaron y un buen día en un centro comercial alguien tocó mi hombro y al voltear un abrazo espontáneo me esperaba. Era él, mi compadre, pese a ...
«12»