1. Me inicie con la policia municipal


    Fecha: 30/04/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ocurrió ver el refrigerador, encontré una zanahoria, la lavé, le puse aceite de oliva y me la metí hasta la mitad, no pude más por sentir dolor, la dejé allí y la sujeté con el calzón, seguí haciendo cosas. El placer fue grande caminar por la casa con una zanahoria en el culo era excitante. Para hacerlo corto les diré que en esos meses me metí verduras, tubos de vidrio, velas, mangos de escobas, pequeños floreros y hasta juguetes con vibradores. Dos semanas antes de mi iniciación decidí vestirme tipo travesti y salir a la calle, eran las dos de la madrugada, me subí al coche con un abrigo para que no se dieran cuenta los porteros, me fui a un parque sin gente, me terminé de maquillar, me puse mi peluca y di mi primer paseo oficial, me sentía una reina en la pasarela. Repetí el paseo dos noches más, pero más temprano para que la poca gente que había me mirara, esto me excitaba mucho, sentí que necesitaba ser más vista y decidí salir las siguientes noche y caminar por la zona de los travestis. Lo hice durante tres noches, fue emocionante, las colegas me miraban y los automovilistas paraban y querían levantarme, estaba súper excitadísima y me encontraba de regreso a mi carro cuando me detuvieron dos policías municipales, aquí les llamamos serenos, me pidieron documentos y me detuvieron dicen que por prostitución callejera, era inútil explicarles nada, yo vestida de puta y con serios problemas, pensé en la vergüenza de que se enteren mis amigos, ir a la delegación policial, ...
    ... etc., entonces les pedí hablar y ofrecerles dinero, ante esto uno de ellos me miró detenidamente y me dijo, me gustas sube a tu carro conmigo y sigue a la camioneta de la policía, la que era conducida por el otro policía. Conduje unas cinco cuadras, la camioneta de detuvo en una playa de estacionamiento, tocó el portón nos abrieron la puerta, ingresamos, allí solo estaba el guardián que ya los conocía, le dieron una orden y nos dejó su pequeña habitación, me hicieron entrar, me pidieron el dinero y me ordenaron que me quitara la ropa para ellos, despacio y al ritmo de la música del pequeño aparato de radio del guardián, me preguntaron cómo me llamaba, no sabía que decirle y uno de ellos el más joven me dijo te llamarás Adriana. Al mismo tiempo ellos se quitaron los pantalones y la trusa, dejando expuestas sendas vergas, el más joven, al que yo le gustaba, la tenía gruesa, de unos 15 cm y el mayor la tenía más delgada y pequeña. Como sea el espectáculo me excitó muchísimo, se me fue pasando el miedo, los chicos me dieron confianza diciéndome que si colaboraba me dejaría ir sin problemas, por lo que decidí colaborar, me acerqué y tomé la primera verga con una mano y luego la otra con la otra mano, me temblaban las manos, pero por la excitación, la sensación era indescriptible, no podía creer que en esas circunstancias vería cumplidos mis sueños de tener una pinga en el culo. Seguí masajeando las pingas hasta que decidí mamar la más pequeña, la besé, me metí el glande a la boca y ...
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