1. Grace, una rubia del recuerdo


    Fecha: 28/04/2018, Categorías: Confesiones Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... descomunal presencia. Nos saludamos con el típico beso en la mejía y mutuamente nos expresamos simpatía por lo que ambos estábamos pasando por aquellos días: -¡Siento mucho lo que paso con tu esposa! –me dijo.
    
    Pensé que la reunión de aquella ocasión era para buscar una oportunidad de trabajo, pero en realidad después de algunos minutos y con el primer coctel, intuí que lo que realmente buscaba Grace era afecto, pero conforme extendimos la plática, concluía que Grace tenía una necesidad de sexo. Me habló de sus frustraciones con Mike, que realmente el no la llenaba y que en otras palabras por falta de orgasmos había terminado el matrimonio. Literalmente eso era lo que me comunicaba en esta ocasión. Ella quería encontrar el camino para abordar la tragedia de mi esposa y abrir la avenida para encontrar esa mutua necesidad que era esa hambre de coger. Tenía razón, pues desde que mi esposa tuvo el accidente, yo llevaba ya algunos meses sin actividad sexual; sabía que tarde o temprano iba a pasar y aquí Grace me brindaba esa oportunidad sin ningún compromiso: ella tampoco buscaba una relación, por el momento solo buscaba un desahogo. Ella continuaba con la insinuación y yo fui directo al punto que ella quería llegar cuando ya nos despedíamos: Grace, sin ningún compromiso te espero en este lugar a las 6 de la tarde. – y le había dado una tarjeta con el nombre de un hotel conocido. Ella replicó diciendo: Mejor ven a mi apartamento, vivo sola. – Nos despedimos, esta vez con un ...
    ... beso en los labios y nos alejamos del lugar.
    
    A las 6 de la tarde iba a su domicilio, obviamente sin olvidar pasar por una botella de vino que prometí llevar. Subo por un ascensor hasta un cuarto piso y busco el número de su apartamento con cierto nerviosismo. Toco y la puerta se abre en segundos y veo a Grace sonriente, vistiendo una blusa diferente pero siempre provocativa y con otra falda donde me deja ver sus muslos muy bien trabajados. Pienso darle un beso en los labios, pero ella lo convierte en un beso francés, y su lengua penetra mi boca y obviamente correspondo alargándolo apasionadamente. Hacemos una pausa en una breve plática:
    
    - ¿Tienes hambre? – me preguntó.
    
    - ¡De ti! –le contesté.
    
    - No, ¡De veras! Tengo algunos bocadillos.
    
    - Yo creo que son más que bocadillos. –le contesté mirándole a sus dos ricos melones y ella se ríe.
    
    - En ese caso, comámonos el uno al otro. Yo también tengo hambre.
    
    Besándonos llegamos a su bonita habitación, la cual estaba muy bien decorada y con un ambiente ideal para estos menesteres, pues tenía algunas velas encendidas las cuales emanaba un delicioso aroma. Ella fue la que comenzó a bajarme el cierre y me descubrió mi verga que ya estaba totalmente erecta. Le he pedido que me permita darme una ducha, pero ella hace caso omiso y se dispone a mamarme la verga y sin mucho preámbulo se mete todo lo que puede en su boca. Ella está sentada a la orilla de la cama y yo frente a ella parado, viendo como mi verga desaparece en parte ...