1. La Serena


    Fecha: 20/04/2018, Categorías: Infidelidad Autor: abaco3636, Fuente: RelatosEróticos

    ... excitación y gemía de placer mientras se pellizcaba los pezones - ¿Quieres morir defendiendo a esta perra que lo está gozando?
    
    Lo arrastró de vuelta al rincón, en el que aún se mantenía el desconocido, y apuntó a este mismo:
    
    -Tiéndete boca arriba en la cama- le dijo - y tu hazle una buena mamada- le indicó a Ana.
    
    No bien se tendió en la cama, Ana se abalanzó sobre la entrepierna de aquel hombre y comenzó su trabajo. Bastaron sólo dos minutos para que el desconocido recuperara su erección.
    
    -¡Suficiente!- le gritó Diego a Ana, al tiempo que la apartaba tirándola salvajemente del pelo.
    
    -Ahora, móntalo- le indicó.
    
    Diego quedó anonadado, cada vez lo sorprendían más las habilidades de Ana, quien muy obediente apoyó una rodilla a cada lado de las caderas del desconocido, las manos en el abdomen, y comenzó a bajar lentamente pero sin pausa, hasta que tuvo aquel miembro completamente dentro de su húmeda vagina, mientras lanzaba un fuerte grito de placer. No mucho después, comenzó a cabalgar a un ritmo salvaje, sus piernas apenas haciendo contacto con la cama para elevarse nuevamente, su cabeza levemente inclinada hacia atrás y sus pechos, de un tamaño medio, pero bien formados, se balanceaban de arriba a abajo. Para Diego era increíble que su novia que jamás lo había montado, que siempre se quedaba quieta , sin reacción a sus caricias, fuera esa hembra en celos que tenía ante sus ojos.
    
    Tardó varios minutos en volver en sí y retomar su plan.
    
    -¡Detente! - le ...
    ... gritó a Ana, quien se detuvo en el mismo momento, aunque con un evidente gesto de frustración en el rostro. Diego la tomó de la nuca y la forzó a inclinarse hacia adelante, quedando su rostro a la altura del pecho del sujeto
    
    - Tú continúa moviéndote- le dijo al desconocido. Éste comenzó a entrar y salir del coño de Ana a un ritmo muy lento, quizás por lo incómodo de la posición. Los jadeos y gemidos de Ana continuaban, pero a un volumen mucho más bajo.
    
    Ana comenzó a acompañar el movimiento de arriba a abajo; fue entonces cuando Diego le dio una fuerte nalgada:
    
    -¡Quédate quieta!- gritó; por toda respuesta, Ana emitió un "Hmmmf" como protesta, pero obedeció.
    
    Diego comenzó a acariciar las nalgas de Ana, primero suavemente, para luego transformarse en algo brutal, que dejaba marcas rojas en la piel blanca. De vez en cuando le daba una nalgada, que la estremecía y le hacía chillar de placer. El juego duró varios minutos, mientras el desconocido seguía follándola.
    
    Mientras amasaba ese culito, Diego comenzó a apartar y juntar las nalgas de su novia, dejando al descubierto por unos momentos el apretado ano de la joven. Luego, se ensalivó un dedo y lo llevó hasta esa entrada, lo que puso a Ana como loca; se echó hacia atrás y no se conformó hasta que el dedo en cuestión atravesó su esfínter. Diego retiró la mano, se ensalivó un segundo dedo y repitió la operación ahora con ambos.
    
    No pasó mucho tiempo hasta que el ano de su novia estaba lo suficientemente lubricado y ...
«1...3456»