1. Bolas chinas


    Fecha: 12/04/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me remuevo nerviosa en la silla. Estoy ligeramente húmeda recordando. Cada vez que mi Amo me llama la excitación me recorre sin saber muy bien qué va a ocurrir, sabiendo que puedo confiar plenamente en que cuidará de su pequeña marioneta. Pero nunca había tenido un juguete para insertar en mi culo, que es suyo. La sensación de estar llena todo el tiempo, con el músculo apretado, notando las pequeñas bolas dentro de mi.
    
    Me sentía llena, jugaba a apretar mis músculos de vez en cuando para sentir como las bolas me aprietan por dentro y pienso en la polla de mi Amo, hace unos días dentro de mi. Porque mi culo es suyo, para su uso y disfrute, como él prefiera. Nadie más puede usarlo. Me levanté más de la cuenta ese día para ir al baño, por la excitación, necesitaba hundir los dedos dentro de mi aunque no me corriera, porque no tenía permiso, necesitaba sentir las bolas apretadas, presionando, forzando poco a poco mi interior.
    
    Sus dedos metiendo cada una de las esferas, mientras me acariciaba. Mi coño no puede evitar llenarse de flujo mientras recuerdo las sensaciones. Los pezones pinzados, el cristal frío bajo mi. "Esto es para ti, marioneta", susurró mientras metía la última de las bolas y me empalaba. Y aquí estoy, en la mesa del trabajo frotándome contra la silla intentando encontrar placer en el simple roce de la tela. No necesito mucho más para encenderme. Recuerdo toda la tarde con su sabor en mi garganta. Adoro ese sabor, ese olor, al frotarme con su polla como una ...
    ... gatita mimosa.
    
    Aún hoy, días después, después de un largo fin de semana en el que tuve que contenerme para no correrme repetidamente recordándolo, mi coño resbala sobre las bragas y el asiento cuando me froto al volver a las sensaciones del viernes, a su mano en mi cuello, mi culo, buscando sus azotes, y esas bolas llenándome durante todo el día. Buscando la posición ideal en la mesa de trabajo para poder sentirlas más, buscando que se rozaran entre ellas, despacio, profundo. Intenso. Si no fuera porque llevo los pechos apretados por un sujetador deportivo, se podrían ver mis pezones duros. Tengo calor, siento que el calor sube desde mi entrepierna hasta mi cara, ruborizándome las mejillas. Mi boca se entreabre ligeramente y tengo que disimular y cruzar las piernas.
    
    Y mi cabeza fantasea con la próxima vez, con volver a sentirlas dentro, con que vuelva a follarme y a acariciar su polla con las bolas. Fantasea con que me penetre de nuevo mientras me las introduce. Fantasea también con que vuelva a amordazarme, con que me pince los pezones y me tire del pelo. Con su mano en mi cuello. Sus azotes. Un azote por cada bola mientras en mi culo. Y mis piernas se retuercen, buscando algún consuelo en el roce, que sé que no llegará porque no tengo permiso. Me noto mojada aún aquí, rodeada de gente. Empapada. Muevo mi cadera arriba y abajo, disimuladamente como la muevo cuando busco su polla, deseosa de que llegue más adentro. Cuando consigue que pierda completamente el control en ...
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