1. mi mujer y su hermana


    Fecha: 12/04/2018, Categorías: Sexo en Grupo Tabú Autor: ilrelatore, Fuente: xHamster

    ... otra. Lucía estaba literalmente follándose a su hermana introduciéndole casi toda la mano en el coño, la sacaba de golpe y se lanzaba a comérselo agarrada con fuerza a sus tetas o subía y se fundían de nuevo en un beso mientras la masturbaba. Yo tenía que dejar de tocarme para no correrme con lo que estaba viendo. La excitación era bestial!. De repente, Lucía se pone de rodillas y le dice a Elena mientras agarra mi polla: “¿quieres ver como me folla?”. Debí de batir el record mundial de velocidad en ponerse un condón. Lucía se puso a cuatro patas mirando para Elena, yo me puse por detrás y le quité la falda, que aún llevaba puesta, coloqué la punta de mi polla en la entrada de su chochito, la sujeté por la cintura y le dije “pidémelo”. Ella obedeció: “cuñado, clávamela”. Yo, que soy muy obediente, la empujé de golpe hasta el fondo. El grito de Lucía tuvo que oirse en todo el bloque. Elena se masturbaba viendo como me tiraba a su hermana. Debo confesar que tras todo lo sucedido no tardé mucho en correrme. Me agarré a ese culo con el que había fantaseado y que ahora era mío y me corrí empujándole toda mi polla como si quisiera atravesarla con ella. Cualquier fantasía que hubiese tenido acerca de follarme a Lucía no se acercaba ni de lejos al placer dela realidad. Tuve una corrida que parecían tres juntas. Cuando la saqué, las dos se acercaron a mi, aún yo de rodillas, y nos besamos los tres. Pero claro, ellas aún estaban a mil. Me aparté y ellas volvieron a besarse y tocarse ...
    ... la una a la otra. Elena se tumbó boca arriba y Lucía se puso sobre ella, haciendo un 69. Disfruté de nuevo del espectáculo. Metían sus dedos por el culo y el coño de la otra, se lamían, mordisqueaban sus clítoris, daban pequeñas palmadas en sus nalgas hasta que el aumento de los movimientos y los gemidos se volvieron frenéticos durante su corrida simultánea. “Hija de puta, que placer me has dado” le dijo Elena a su hermanita mientras ambas caían rendidas en la cama junto a mi. Tras unos minutos para recomponernos y normalizar nuestras respiraciones, Lucía se levantó para asearse. Nos quedamos Elena y yo solos, nos besamos y le pregunté si fué como esperaba. “No” me dijo. “Mucho mejor. De hecho creo que quiero más”. “¿Qué más se te apetece hacer?” le pregunté. Acariciando mi fláccida polla respondió: “Ahora quiero que le des por el culo. A ella le encantaba que jugara con su culo cuando lo hacíamos”. Lucía regresó y fue Elena la que nos dejó en ese momento a solas. Lucía se sentó en el borde de la cama, junto a mi, con intención de vestirse. “¿Qué haces?”. Ella se acercó a mi y me besó. “Vestirme”, respondió. Yo me coloqué detrás de ella, la rodeé con mis brazos, apreté sus tetas y besando cuello le dije: “La de pajas que me he hecho pensando en tu culito”, me atreví a confesarle. “Yo también me he tocado pensando en tu polla, y aunque mi vibrador es más grande que ella, te confieso que me he excitado mucho más hoy” me respondió ella. “Pues como tu hermana y yo queremos repetir ...
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