LA LIMPIADORA - Relatos Eróticos

LA LIMPIADORA

Una tarde mientras limpiaba me habló por primera vez de su marido, parecía habian discutido ese dia, ahí supe que trabajaba las tardes noches, es decir a partir de las 8 de la tarde hasta las 7 u 8 de la mañana, ese misma tarde, tambien fue cuando me decidí a hacer mi primer acercamiento real, no solo pensarlo, ella estaba en la cocina limpiando, se pone unas mallas, lo que hace que su dos nalgazos se marquen totalmente, me puse detrás, aunque sin llegar a rozárla, fue ella disimuladamente, quien dió un culazo contra mi entrepierna, nada un instante, para decirme después que no me acercara tanto, me sonreí, ella también pero nada nada más, ese día, pero el siguiente que vino a limpiar, había cambiado algo, pues me volvió a hablar de su marido y esta vez poco a poco llegó a hablar del sexo, para finalmente, decirme que se "comia" poco con él, a su vez yo le hablé de mi última ex, todo mientras trabajaba y finalmente se marchó, pero ya a solas supe que me empezaba a abrir la puerta, que quizas podría hacer realidad mi fantasía, al menos darme un revolcón algun dia con ella. La siguiente cita, charlamos, hasta que, ella haciendo la cama de mi dormitorio entré, volví a colocarme tras ella, ella se hizo la que no me había oido entrar, yo llevaba a proposito un pantalón de chandal, le pasé todo mi rabo duro al ella inclinarse a colocar la sábana en la cama, esta vez ella misma "culeó" se "refregó" contra mi dura polla unos segundos, mi bulto pasaba por sus nalgas grandes, apenas ...

... dos, tres segundos, todo para cogerla, pero ella me frenó, pidiendome algo que quedé descolocado. - Te haré una paja, no pasaré de ahí. Ella misma lo estaba deseando, mas que yo, no es que yo la obligara, me hizo volver al salón, sentarme en el sofá tras bajarme el chandal, apareció mi polla dura tiesa levantada, (19 cm), gorda, ella la cogió, sin mirarme solo miraba mi polla, empezó a movermela con una mano, la otra a mis huevos, empecé a suspirar, al poco estaba con las dos manos agarrada a mi verga, siempre mirandola, empecé a tocaer sus gordas tetas por la blusa, nada más no me dejaba más, cuando comprendió que me quedaba muy poco para correrme, ante mi propia sorpresa se quitó del sofá se arrodilló tragandose mi polla, hipnotizada y me corrí en su boca, no me dejó tocarla, me fui a lavar y ella se marchó sin despedirse. Volvió como si nada la siguiente vez, yo empecé pronto a buscarla, pero ella al principio me evitaba, empezó a hablarme del marido limpiando la cocina yo sentado, escuchandola ahora habló abiertamente, me decía que hacía muchos meses que no hacian nada, me dijo que la tenía mucho mas pequeña que yo, que nunca habia estado con otro que no fuera su marido, aunque ya hacia años que todo habia cambiado entre ellos, pero que nunca habian pensado en divorciarse, yo sabía, que esa tarde iba a ser la tarde, pero me supo calentar, sin dejarme tocarla, hasta que llegó la hora de irse, las 7 de la tarde, iba a cambiarse, cuando la cogí en el pasillo, ella se dejó la ...