1. Estrenando


    Fecha: 10/04/2018, Categorías: Gays Autor: Daira, Fuente: CuentoRelatos

    Me llevas a la mesa, estoy completamente desnuda; me senté en la silla y entonces tomas tu corbata y me atas con las piernas abiertas y los brazos detrás del respaldo. Enseguida me colocas un par de pinzas de la ropa en los pezones, gemí por el dolor al sentir como me pellizcaban.
    
    -Comeremos algo mientras soportas el castigo- me dijiste.
    
    Esa tortura en los pezones es insoportable, pero sé que si me quejo seré aun más duramente castigada, así que aguanté como pude aquel dolor punzante. Entre tanto, te sientas a mi lado, con unos platos de pequeños pastelillos y algo de fruta, me ofreces una tartaleta de fresa y al morderla se me cae un trozo de la frutilla sobre mi puchita, lo tomas con tu boca y lo saboreas, mientras me mordisqueas los labios vaginales, me remuevo excitada en la silla, luego toca el turno a un pedazo de sandía, escoges el más grande es difícil tragarlo sin que se me escurra de los labios, es jugosa y siento atragantarme, los jugos corren por la comisura de mi boca, me castigas moviendo las pinzas en mis pezones. Pero extrañamente, empecé a sentirme excitada ante aquella situación y mi sexo comenzó a lubricarse.
    
    Gemí cuando pasaste tus dedos por mi rajada húmeda.-Que rica! ya estas húmeda y excitada! -Volví a gemir, deseando que introdujeras tus dedos en mí una vez más, pero en lugar de eso, los llevaste hasta mi boca y me hiciste chuparlos saboreando mis jugos. Aquello me excitó mas y traté de mover mis caderas.
    
    -Amo cogeme- me atreví a ...
    ... suplicarte. Tu respuesta fue un -no, aún no! Todavía no estas lista para lo que te tengo preparado esta tarde-
    
    Aquellas palabras me encendieron más. Y sentí como mi panocha empapada palpitaba de deseo. Regresas a la mesa y empiezas a comer, mientras yo seguía sentada, atada a la silla, soportando el dolor que las pinzas me producían en los pezones y con mis piernas abiertas, de vez en cuando te acercas y frotas mi puchita, me besas o tensas las pinzas.
    
    Cuando terminas de comer, bamboleando mis grandes pechos me quitas las pinzas de los pezones y me desatas de la silla. Libre del suplicio de aquel castigo, y como pude, pues tenía las piernas algo dormidas por la postura en la que había estado sometida, me levanté.
    
    -Bien ahora debes reponer fuerzas, necesito tenerte en forma esta tarde, así que descansarás un poco hasta que vuelva, vamos a la cama primero debo prepararte- me dices. Te sigo obediente, al llegar me ordenas: -ponte en cuatro con tus nalgas hacia mí, tenemos que entrenar ese culito-
    
    Hice lo que me indicaste y enseguida sentí tus dedos hurgando mi agujerito posterior, lo que de nuevo me encendió, rozas con tus dedos mi húmeda puchita y esparces sus jugos por mi oyito.
    
    Te acercas a mí y veo que traes un enorme plug anal entre tus manos, un poco asustada y excitada te pregunto: -es muy grande no crees?- - No, es lo que necesitas y te lo meteré en el culo- me dices con una sonrisa entre perversa y excitada.-Pero es demasiado grande, es más grueso que tu verga--Sí, ...
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