1. Gemidos y posiciones


    Fecha: 07/04/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Ya había me había follado Nicolás, pero nunca solos los dos. Él era rubio, de ojos azules y como 1.84 de alto, con la espalda y el abdomen muy marcado. La verdad es que después de que me convertí en su desahogo personal empece a vivir una especie de sometimiento romántico. Casi quería ser sólo para él, pero también abrazarlo y besarlo, no sólo ser penetrado por él. Esta quizás fue una de las veces en que ambos sentimos ese fuego, pero eras solo nosotros dos, nadie más. Sabíamos que al final pasaría lo que debería pasar. Todo empezó en una fiesta, su casa era grande por lo que siempre ocupábamos su casa para hacer las fiestas y con todo lo que conlleva una fiesta de adolescentes a punto de graduarse: alcohol, drogas y sexo casual con tus compañerxs. Y la verdad es que no era indiferente para Nicolás el tema de las mujeres. Era guapo y un donjuan, podía estar con la que quisiera esa noche. Nunca sentí celos, porque sabría que igual iba a terminar en la cama con él. Por ese entonce eso me confundía mucho. no entendía porque era una simple entretención para él, si podía tener a cualquier mujer como juguete personal ¿por qué ha un hombre? Pero al final poco era lo que me importaba. Pasó la noche, todos se iban ebrios o volados, exceptos los que eran amigos de Nicolás, ellos podían usar las piezas para estar con la persona de turno. Eran como las 5 de la mañana y al final quedaba Nicolás, sus amigos y yo, y lo único que quería era irme. Todos estaban profundamente dormidos, menos ...
    ... yo y Nicolás, por alguna razón era el que tenía mejor resistencia al alcohol. Cuando me voy a despedir de Nicolás, me dice: -No te vayas, por favor. Me podrías ayudar a ordenar. - En eso me da un beso -Y después nos podemos entretener ¿Qué tal? Baboso, simplemente acepte. Empezamos a recoger las botellas, barrer el piso lleno de colillas de cigarros y restro de marihuana, vaciar los ceniceros y las pipas, lavar los platos. Ya estaba terminando lavando los platos y me iba a ir a dormir, porque la verdad es que tenía mucho más sueño que libido. Pero cuando llego a la habitación a parece él. Me toma de la mano y me dice: -¿Y no nos vamos a divertir? -Estoy muy cansado, mañana en la mañana mejor. -Mmmm, mejor no ahora. Y es terminando la frase que me da un beso, un beso largo y húmedo. Me sacó la polera y dirigió mi mano a su pene erecto. M e miró por un instante y me dijo: -Ahora si quieres. -Si, ahora si. Y nos volvimos a besar. Meto mis manos bajo su polera para tocar su abdomen marcado y duro. Su piel era cremosa y sus besos húmedos. Lo único que deseaba era tenerlo adentro. Y cada vez que íbamos a tener sexo volvían esas ganar de la primera vez. Le saque la polera y me miró por unos segundo, era una mirada tierna y lujuriosa. Esa mirada que me excita tanto. Continuamos con los besos esporádicos, Su lengua entraba a mi boca. Me encantaba sus besos. Su abdomen tocaba mi delgado torso y se dedico a pasear sus manos por mi cuerpo hasta que empezó a manocear mi pene por encima de ...
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