Sometida por puta II Mi presentacion en sociedad - Relatos Eróticos

Sometida por puta II Mi presentacion en sociedad

... si en el trayecto alguien te toca quiero que le hagas sentir que eres puta ¿entendiste? Así que le tocas la verga, dejas que te toque las tetas incluso si puedes te lo coges pero todo en el mismo metro no quiero que llegues tarde, ponte ese vestido rojo (señalándolo) y ya sabes sin ropa interior allí en la parada te estaré esperando yo en el auto donde te daré mas instrucciones ahora duerme bastante bien que mañana tendrás mucha actividad putita, que descanses.

Yo: si Señor Álvarez que descanse allí estaré.

Y mi amo se fue así que obedecí me fui a acostar y a dormir poniendo el reloj a las tres de la tarde del día siguiente (ya que era sábado) para prepárame para mi presentación en sociedad.

Al acostarme comencé a pensar lo bien que la había pasado esa noche mi amo me había roto culo bien rico y además me había cogido unos 5 veces más por la vagina tragándome yo luego toda su leche, la verdad no estaba nada mal para ser su esclava, me sentía muy complacida y satisfecha aunque cansada. De repente un pensamiento asaltó mi mente hasta ahora yo había obedecido en todo a mi amo pero ahora me había pedido que si alguien me tocaba en el metro lo dejara hacer e incluso que lo incitara a cogerme, no sabía si lo podría hacer ya que hasta ese momento todas sus ordenes estaban destinadas a que el terminara penetrándome y haciéndome lo que quiera pero nunca un tercero y mucho menos un desconocido. Todos eso fantasmas desaparecieron cuando el sueño me venció.

Al día siguiente ...

... me desperté al sonar la alarma y sin pensar demasiado me levanté, me duché, desayune y luego me puse el vestido (era color rojo fuerte de tela fruncida y muy ajustado al cuerpo, marcaba todas mis curvas a la perfección además no tenía breteles era solo un top, esto hacia que si me estiraba un poco hacia arriba se me subía toda la falda quedando mis glúteos al desnudo, o si me agachaba mucho mis tetas salieran para afuera). Y unos zapatos de tacones rojos, miré la hora ya debía irme me maquillé rápidamente lo más sensual que pude y salí hacia la parada del metro.

Si el día anterior había llamado la atención de los hombres esta vez fue mucho peor, no había hombre que no me mirara, incluso hasta los que venía con sus esposas o novias lo hacían disimuladamente, es que en realidad ahora si parecía una verdadera puta en toda su dimensión. Ya en la estación del metro me empecé a sentir nerviosa me asaltaron las dudas de la madrugada anterior, en eso llegó el metro, un poco temerosa subí rogando que no estuviera lleno pero por el contrario y muy a mi pesar venía repleto, entonces solo esperé que nadie me tocará algo casi imposible y mas yo así vestida, hasta que luego de unos minutos sentí una mano que acariciaba mis glúteos de forma suave, mi primera reacción, casi instintiva, fue de rechazo pero luego recordé lo que me había dicho el señor Álvarez, titubeé unos segundos y finalmente deslicé mi culo hacia atrás para que la mano del extraño lo tocará de lleno, luego busqué la cara ...