1. Incesto


    Fecha: 27/03/2018, Categorías: Transexuales Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos

    Mi familia viene de una vieja familia semi aristocrática venida a menos y reducida ya a harapos de viejas haciendas quebradas, abandonadas desde hace algunos hace siglos y otras en ruinas cayéndose a pedazos.
    
    Por cuestiones un poco culturales en parte y de aislacionismo por la otra sabemos que el incesto ha estado presente en nuestra familia desde hace varias generaciones. Para no entrar en cuestiones históricas en extremo aburridas sólo diré que los abuelos de mi madre eran hermanos de sangre y los de mi madre eran primos hermanos de los primeros.
    
    Mi padre, Fernando, se casó con su prima hermana y de esa unión nacimos mi hermano y yo (Fernando también). Decir que mi padre me desfloro sería no decir la verdad. La verdad es que mi padre padecía demencia desde hacía varios años y que la noche en que me decidí a montármelo fue más bien por cuestiones de humanidad que de morbo. Quería darle un último momento de placer carnal antes de matarlo. Sin quitar que en realidad siempre estuve enamorada de él, desde muy chiquilla. Pero esa es otra historia que al momento no viene al caso contar porque además de ocasionarme lágrimas va más allá de las pocas líneas que ahora necesito escribir para quitarme esta comezón que siento que me come viva.
    
    Y de allí para acá he tenido sexo de manera no continua pero si eventual con mi hermano, quien me recuerda sobremanera a mi padre a quien montármelo me trae los recuerdos más dulces de mi infancia al lado de mi padre en la villa de ...
    ... Estación Catorce, antes de que se acabara la mina y el pueblo quedara reducido a un caserío en medio del desierto de San Luis Potosí.
    
    En fin. Voy al caso. Regresé a Estación Catorce después de diez años de ausencia y a partir de mi regreso las pesadillas no me han dejado en paz. En realidad no son pesadillas, es una pesadilla, la misma, siempre la misma, repitiéndose de manera patológica noche tras noche. Siempre empieza en el mismo instante de manera maravillosa viéndome a mí balanceándome con mi hermano en el columpio del jardín que da hacia el desierto. En ese momento el sueño es dulce y armonioso, me hace sentirme tan feliz como me sentía en aquella época jugando con mi hermano al príncipe y la princesa. Lo extraño es que en mi sueño yo soy el príncipe y mi hermano la princesa: Primera cosa que altera la felicidad que me ocasiona ese momento y que anuncia la bajada a los infiernos que terminan con un grito de pavor cuando despierto aterrada y sudada. En mi sueño no es que los roles se inviertan, es decir, yo estoy con mi clásico vestido blanco de niña jugando en el columpio y Fernando con sus pantalones largos balanceándose en el columpio junto a mi o jugando con el balón al fútbol. Simplemente en mi sueño yo sé que yo soy el varón y que mi hermano es la hembra.
    
    En determinado momento en mi sueño de repente ya no estamos en el jardín de la hacienda sino estamos en medio del desierto y en lugar de un resplandeciente cielo azul y un sol vigoroso, nubes negras de tormenta se ...
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