1. Desvirgando al amigo de mi nieta


    Fecha: 21/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Quien lo hubiese pensado hace unos años; seguramente nadie, ni siquiera yo me imaginé que pudiese ocurrir lo que ocurrió. Pero que tonta soy, estoy hablando y aún no saben siquiera quien soy. Me paso a presentar, soy lidia Capdevilla, de 53 años de edad, nacida en Córdoba Capital, para más decir; hoy de excelente posición económica, no gracias a haber estudiado sino a esas cosas de la vida que a una la van formando… pero vamos por parte ya que la historia que quiero relatar, es mi historia y creo que a alguien puede interesarle ya que si bien a mí, económicamente hablando, me fue bien no le deseo lo mismo a nadie, de allí que lo cuente. Mi despertar sexual fue como el de casi todas mis hermanas a los 13 años, pero lamentablemente yo quede embarazada, motivo por el cual no habiendo llegado a los 14 años ya fui madre de una niña; mis padres temerosos del que dirán hicieron creer que la niña recién nacida era hija de mi madre, es decir mi hermanita, y como si eso no fuese suficiente me enviaron a la capital del país, para que ayudase a una tía que recientemente había sido mamá. El tiempo pasó y yo casi me olvidé que también era madre, de allí que cuando conocí al que fue mi esposo no le comenté nada de la niña. Él era un hombre de treinta y ocho años y quedó prendado de mí el día en que fue a ver a mi tío para cerrar un negocio, cuando yo aún no había cumplido los veinte años. Nos casamos a los pocos meses y en el viaje de regreso de la Costa Brava, lugar en el que transcurrió ...
    ... nuestra luna de miel pues mi marido quería que tuviese toque francés, por lo cual la comenzamos en el pueblo de Blanes y la terminamos en Portblou, en la frontera con Francia, tuvimos un accidente a resultas del cual mi esposo falleció y yo estuve varios meses internada; Si bien yo no fenecí como él quede imposibilitada de tener hijos por lo que me tuve que contentar con ver crecer a los hijos de otras, entre ellas a las de las enfermeras que me atendían. Lo cierto es que cuando llegue a los 27 años, recibí una carta de mi madre para que fuese urgentemente a verla. Temerosa de su salud fui y para mi sorpresa mi madre me dijo: Cuidé de tu hija haciéndola pasar como hija mía, no obstante ella al igual que vos será madre antes de sus 14 años y yo ya no puedo hacerme cargo del niño pues ya nadie creerá que con 60 años he vuelto a parir, por ello es que te pido que vos te hagas cargo de la criatura, cuán grande fue mi desazón al verme ante tal circunstancia, pero comprendiendo que mi madre tenía razón tome a mi hija y con ella volví a Madrid, aunque al llegar hice creer a todos que se trataba de mi hermanita. Cuando su hijo nació, yo como había hecho mi madre, me hice cargo del mismo, de la misma sería correcto decir, y mandé nuevamente a “mi hermanita” a Cordoba y yo seguí con mi vida en la gran ciudad atendiendo el negocio de mi marido como si nada hubiese ocurrido; no obstante y dado que la gente es mala y comenta me mude del pequeño palacete en que vivía en la calle Serrano del ...
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