1. Que rico es Raúl


    Fecha: 21/03/2018, Categorías: Gays Autor: Ernesta, Fuente: SexoSinTabues

    La noche era joven aún, mi cuerpo sentía ganas de desatarse de una vez, que el mundo pequeño encerrado en aquella discoteque de suburbio se enterase, este cuerpo de hombre encierra una sensible damisela que busca, como buscan las mujeres, a un hombre para su gozo carnal. Alejado de las luces de colore, Raúl se encuentra con su novia, parecen una linda pareja, mis pantalones ajustados y mi trasero virgen necesitaban de un espécimen así, guau, con solo recordarlo mi cuerpo se agita, este diminuto pene que me acompaña desde antes de mi nacimiento se desborda por mi calzoncito rosa, así mismo fue aquella noche. La discoteca, se ubica alejada de la ciudad, los terrenos agrícolas han dado paso a una serie de locales nocturnos, todos ellos relacionados, la disco parece un lugar perfecto para conocer pareja casual, a unos cuantos minutos un motel ha robado pasto al ganado, entregando camas para el placer. Raúl parece discutir con su dama, de pronto ella se para rápidamente y abandona el lugar, desde la barra observo silencioso, con gusto veo aquella escena, nadie más parece darse cuenta de que aquel semental enorme acaba de quedar solo, pido dos cervezas, las llevo hasta su mesa, “aquí tienes amigo” le digo con decisión, él mira sorprendido, “¿te conozco acaso?”, “no, solo me di cuenta que estabas solito y quise ser amable”, la toma con desconfianza, me invita a sentarme, nos reímos de un par de bromas que lanza con naturalidad, le gusta que me sienta bien ante su presencia, la ...
    ... conversación es amena y mi nuevo amigo se muestra como un tipo simpático, mide, según yo, casi un metro ochenta, no es delgado, pero tampoco gordo, sus manos son grandes, viste unos pantalones de color negro que le vienen a su camisa azul, usa un bigote que le da un aspecto serio, se levanta para ir al baño, a su regreso me afano en observarlo meticulosamente, lo ajustado de sus pantalones me permiten observar un paquete más que apetecible entre sus piernas. Entre risas y cervezas, comienza a darse cuenta de mis intenciones, un par de veces voy al bar por más alcohol, muevo mi culo como si fuera una fina mujer, él no queda ajeno a aquella situación, “¿eres maricón?” me dice directamente, agacho la cabeza como si me diera vergüenza de lo que soy, con voz baja le digo que sí, “se ve rico tu culo con ese pantalón”, me dice, qué alivio pienso, acaba de pasar lo más difícil del momento, según yo. Se levanta de la mesa, deja unos billetes y me pide que le siga, me voy como hipnotizada detrás suyo, llegamos hasta su auto, un Hyundai santa fe del año, abre una de las puertas de atrás, se recuesta con su pierna derecha apoyada sobre el asiento, y la otra parece caer sobre el piso del vehículo, lo miro sin subirme, entonces desabrocha su pantalón, baja el cierre y saca su pene, no puedo distinguirlo por la oscuridad pero me apetece, subo rápidamente, cierro la puerta y su pico entra en mi boca, aún huele a orín, pero eso me da lo mismo, no está duro aún, pero no tardará en estarlo, sus ...
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