1. Soy el macho y amante de mi madre


    Fecha: 08/03/2018, Categorías: Gays Autor: Joaco, Fuente: CuentoRelatos

    ... La penetré con decisión, con fuerza, mientras ella daba un grito de placer y sus gemidos aumentaban así como el vaivén de sus caderas… me abrazaba durísimo y como cosa extraña comenzó a musitar palabras de grueso calibre, lo cual aumentó mi excitación y queriendo que mi verga entrara hasta su corazón le di las estocadas mas fuertes que pude, hasta que comenzó a gemir mas y mas, estallando en el orgasmo mas prolongado que pude experimentar en mujer alguna, mientras yo inundaba sus entrañas con el semen que hasta ese momento pude haber reprimido y guardado en su honor. Sofía evitando mirarme a los ojos, con una falsa vergüenza y un discutible pudor se aferró a mi, pasando sus manos por mi espalda, suspirando como una quinceañera enamorada, y recostándose en mi pecho fue adormeciéndose en esa nebulosa que ahora le demostraba que un nuevo amor, quizás prohibido pero esta vez el definitivo, había llegado a su vida.
    
    A partir de entonces y sin detenernos a pensar o a cuestionar nada, nos hemos convertido en marido y mujer. Siento que la amo cada vez mas; que la deseo las 24 horas del día, y que a pesar de dormir juntos totalmente desnudos, y hacer el amor en las noches, las madrugadas, las mañanas y cuando tenemos la oportunidad de estar solos, cada nuevo apareamiento es mas intenso y nos conduce a un estado de placer del cual ninguno de los dos quiere descender. Adoro su cuerpo y su piel blanca está cada vez mas expuesta a mis miradas. Tan pronto llega a casa prácticamente se ...
    ... desnuda a mi espera, o simplemente se coloca esas pijamas que nada cubren realmente. No veo la hora de regresar después de las clases y terminar mis obligaciones, para esperar que se abra esa puerta y poderla abrazar con todo el amor y estamparle el beso mas delicioso en su boca de fuego. No la dejo que se duche cuando regresa de su trabajo, hasta tanto yo no haya saboreado la delicia de su sexo y su culo sudorosos y acalorados, de su excitación con ese inconfundible aroma de sus hormonas y el sabor delicioso de sus orines y sus fluidos que se pegan a la entrepierna de sus tangas, las cuales relamo con locura. Amo olfatear y lamer también el sudor de sus axilas, y le prohibí que usara desodorantes puesto que el sabor de estos me molestaba y me dejaba un sabor desagradable en la boca. Me encanta sentarla en el sofá, tomar sus bellos pies en mis manos, acariciándolos de la manera mas pervertida, haciendo que con ellos acaricie mi pene, hasta hacerla morir de la risa, la excitación y el nerviosismo. La adoro, y adoro todo lo suyo; y me complace saber que es feliz a mi lado, cuando en las tardes nos recostamos a ver televisión o el fin de semana desconectamos nuestros celulares y nos tendemos desnudos en nuestra cama, a amarnos ajenos la mundo. Somos absolutamente felices y solo el maldito hecho de ser madre e hijo empaña a veces nuestra dicha total. Cada día está mas preciosa, y si bien ha engordado un poco, esos kilos inexplicablemente se depositan en sus adorables caderas, sus ...
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