1. Estela y su noche con mujeres


    Fecha: 27/02/2018, Categorías: Lesbianas Autor: DIEGOCUERO, Fuente: SexoSinTabues

    Otro sábado Estela y su vecina y amiga Ana María hicieron planes para salir, ya que Ernesto quería ver un partido y Estela no quería quedarse en su casa. Ana, ya casada con Jorge, igual quería un sábado de placer con su amiga, así que se excusó con no sé qué invento con su marido y quedaron en ir juntas por ahí, vaya a saber dónde. Estela como siempre infartante: vestido negro con detalles, tacos altos, un saco de charol muy sugerente y la cartera haciendo juego, mucho maquillaje y bijou y la esperó. Ana se apareció también de vestido pero claro y estampado, muy maquillada y hermosa. Finalmente la llevó al hotel de cerca de la casa, cenaron lo de siempre, quesos, fiambres, cerveza y postre, y Ana le hizo unos cuantos mimos. Teli, como siempre caliente, se calentó aún más, Ana se excitó, hicieron todo lo que había que hacer previamente y luego lo hicieron en un lindísimo cuarto. Como siempre, Ana María se le revolcó encima con su cuerpo delgado pero potente y se la dio por todos lados aparte de hacerle todo lo imaginable. Pero la mejor parte no fue ésa, por eso no la describo tanto, sino que Ana también le dio sorpresita a su vecinita. Cuando parecía que todo había terminado, de pronto entraron cuatro mujeres de negro y con pistolas, eran amigas de Ana armadas para que la otra no se resistiera. Las cuatro se sacaron todo y junto a Ana María le dieron por todos lados y con todo hasta el amanecer. Vagina, cola, pechos, boca, ropa, no ropa, interior, exterior, fotos, filmaciones, masturbaciones de Estela y de ellas, porquerías varias como manosearla adentro de la cola o hacérselo de a una, zambulléndose arriba suyo y revolcándose con furia. Dos gordas y dos más delgadas, elegantes, pelirrojas, con cartera, con mucha pintura y perfume, no sé de dónde aparecieron pero se la hicieron genial. Ana estuvo excelente, sabiendo que a Estela le gusta cualquier cosa mientras sea sexo, y las dos locas disfrutaron verdaderamente lo que los hombres desearían: una noche de mujeres.
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