1. En el trabajo


    Fecha: 23/02/2018, Categorías: Hetero Autor: isra_pleasure, Fuente: CuentoRelatos

    A veces me hundo tanto en mis pensamientos y perversiones que prefiero escribirlos, me encanta recibir mensajes y saber que les gustan mis relatos. Les admiro.
    
    ¿Cómo empezar a describirlo?
    
    Kique era un hombre de más de 35 años pero menos de 40, era gordito, tez blanca, ojitos de color miel muy cristalino, barba, cabello corto y no tan alto aunque él era 5 cm más alto que yo.
    
    Para ser sincero mi estimado corazón, no era realmente guapo, pero era muy simpático y me trataba como si yo fuera un muñequito a punto de romperse. Sí, de porcelana.
    
    Lo conocí por medio de una aplicación, pero la verdad querido corazón, lo hice esperar bastante, porque era muy obsesivo y me resultaba un poco aterrador enredarme en sus piernas, así que después de tanto tiempo fijamos una fecha para nuestro encuentro.
    
    Fue un día martes, a eso de las 14:30 horas. Me mandó la ubicación y esperaría en esa dirección hasta que abriera la puerta de su trabajo. Cuando llegué me encontré en una purificadora de agua, me excitaba la idea de hacerlo en las instalaciones.
    
    ーHola, al fin te conozco ーcomentó.
    
    ーQué tal, ya era hora que nos viéramos ーrespondí.
    
    ーClaro, me has hecho esperar bastante, espero valga la pena la espera, pasa ーdijo.
    
    ーClaro que la valdrá ーrespondí con una sonrisa cínica en mi rostro.
    
    Enseguida pasé a un patio grande, me encontraba dentro de la purificadora observando las máquinas, y algunas camionetas que salían para repartir la debida agua. En fin.
    
    ーAdelante, ...
    ... pasa, sube al 1er piso y al terminar las escaleras hay un cuartito del lado izquierdo, ahí espérame ーdijo.
    
    ーClaro ーcontesté. Y seguí las instrucciones para poder seguir el juego ya que se encontraba un supervisor en la planta baja.
    
    Llegué inmediatamente a la puerta del lado izquierdo subiendo la escalera y me encontré con una habitación que tenía un clóset, una cama y una pequeña televisión.
    
    No tardó ni cinco minutos en subir, entró en la habitación y comenzó a besarme. Introdujo su lengua en mi boca, reclamando los besos que no le había dado en todo el tiempo de espera. Sus manos recorrieron mi cintura encontrando camino hacia mis nalgas.
    
    ーQué ricas están, son más paraditas en persona ーdijo.
    
    ーNo es lo mismo en las fotos, ya que no puedes tocarlas ーrepuse.
    
    ーNo las tocaba pero me masturbaba muy rico viéndolas e imaginándolas siendo mías ーcontestó.
    
    Su comentario me tomó un poco por sorpresa pero él masajeaba mis nalgas como si fueran las últimas que él fuera a tocar y yo sentía ya su erección contra mi pene, enseguida bajé mis manos y comencé a tocarle y frotarle el bulto porque, ¿qué es un beso sin agarrón de bulto?
    
    Enseguida liberé su tremenda erección y comencé a frotar su miembro: arriba, abajo, arriba, abajo. Él apretaba los ojos para forzar el placer acumulado en su entrepierna y que recorría cada fibra de su ser.
    
    ーChúpamela, cómetela bebé ーdijo.
    
    ーEnseguida lo haré ーcontesté. Y me puse de rodillas para poder succionar su hombría. Era un pene de ...
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