1. Belzeba II. La señal de la bestia


    Fecha: 23/02/2018, Categorías: No Consentido Autor: Lib99, Fuente: CuentoRelatos

    ... explora el interior del coño. Con habilidad estimula el clítoris, lo que induce el inicio de una erección en la polla de Belzeba. Sin dejar de lamer la vulva, Baalzephon sujeta la verga y comienza a masturbarla hasta lograr dejarla dura como una barra de hierro, mientras la agitada respiración delata el grado de excitación alcanzado por la hija de Lucifer.
    
    –¡Mira como le gusta a la zorra! –Alouqua se burla mientras ella misma se masturba con la punta de la larga y sinuosa cola que nace en su coxis.
    
    –Sí –contesta Baalzephon–. Ahora sí reaccionas a mis caricias, ¿eh querida?
    
    El demonio se yergue hasta situar su rostro, de color rojo incandescente y ojos amarillos como el oro, frente al de Belzeba. Posa su boca sobre los carnosos labios de ella y le besa con apasionada lascivia. Entonces, profiriendo un alarido de dolor, intenta apartarse, pero los dientes de ella clavados en su lengua se lo impiden.
    
    –¡Eh, puta! ¡Suéltalo!
    
    Obedeciendo la orden de Alouqua libera la lengua, que empapa de sangre la boca del demonio.
    
    –¡Hija de puta! ¡Te voy a destrozar por…!
    
    El cabezazo que Belzeba lanza contra su nariz le impide acabar la frase, cayendo al suelo casi inconsciente. Alouqua se lanza hacia la mujer encadenada y golpea su cara con fuerza, varias veces, alternando la palma y el dorso de la mano.
    
    –¡Golpeas aún con menos fuerza que el marica de tu amigo! –Dice Belzeba lamiendo la sangre de la herida de su labio–. No sé qué utilidad encuentra mi padre en ...
    ... vosotros.
    
    –¡Puta!
    
    La enfurecida diablesa le inmoviliza agarrándola por el cuello, mientras su otra mano desciende hasta sus testículos, apretándolos con fuerza.
    
    –¡Puerca! –El insulto de Belzeba es apenas un gemido de dolor–. ¡Haré que me la chupes antes de reventarte el culo, y después te arrancaré las tetas con mis propias manos!
    
    –Cuando acabe contigo –responde la diablesa– no tendrás nada que se pueda chupar, “princesa”.
    
    Al decir esto Alouqua aprieta aún con más fuerza los cojones, clavándole sus largas uñas, y sólo las cadenas que le sujetan impiden que Belzeba se doble sobre sí misma por el insoportable dolor.
    
    –¡Basta! –Ordena Baalzephon incorporándose del suelo– ¡Es mía! ¡Voy a reventarle el culo a esta cabrona!
    
    El demonio se acerca fijando en la prisionera una furiosa mirada y comienza a abrir sus argollas.
    
    –Cuidado –advierte Alouqua–. Sabes lo peligrosa que es.
    
    –No te preocupes, querida. Voy a domar a esta yegua salvaje. Cuando acabe será dócil como un corderito.
    
    Tras liberar muñecas y tobillos Baalzephon lanza un fuerte puñetazo contra la boca del estómago de Belzeba, dejándola sin aliento y haciéndole caer al suelo.
    
    –Muy bien, señora. Vas a tener el placer de comprobar porqué me he ganado un nombre en el ejército infernal.
    
    Obligándola a colocarse a cuatro patas el demonio se sitúa detrás de ella, pone su larga y gruesa verga de color rojo contra el ano y empuja sin piedad. Belzeba no puede evitar lanzar un grito, lo que sobreexcita a ...
«1234...»