1. La reeducación de Areana (17)


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: No Consentido Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    -Bueno, nena, decime qué querés hacer. –intervino.
    
    -La voy a cagar a palos y después me la voy a coger, y que la mami vea todo lo que le hago a su hija.
    
    -Qué turra sos, guachita… -opinó Milena con una expresión complacida y agregó:
    
    -Te puedo dar un rebenque.
    
    -No, quiero devolverle a esta hija de puta todas las piñas que me comí de ella.
    
    -Pero mirá que no podés lastimarla, ¿eh?, eso está prohibido.
    
    -No, no te la voy a lastimar porque le voy a dar en el cuerpo y te pido dos cosas.
    
    -Decime.
    
    -Que me la sujetes mientras la cago a trompadas y que ahora me traigas algún consolador. ¿Tenés?
    
    -Claro. ¿Te gustaría un arnés de cintura con un buen pedazo?
    
    -¡Genial! –se entusiasmo Lucía y de inmediato Milena fue en busca de lo prometido.
    
    Mientras tanto, Areana seguía sollozando abrazada a su madre y ésta, viendo y sufriendo la angustia de su hija, le dijo a Lucía con tono suplicante:
    
    -No sé por qué se pelearon tanto ustedes, pero mirala, mirala ahora, te aseguro que ya no es la que era, está… está domada. Yo también tuve que aguantarla mucho tiempo hasta que…
    
    -¡Callate la boca! –la cortó la chica. -¿Querés cobrar vos también?
    
    Eva vio que era imposible disuadir a Lucía de sus planes de venganza y optó por guardar un angustiado silencio, al tiempo que Milena volvía con el arnés y un símil pija de considerables dimensiones, más un pote de vaselina sólida.
    
    -Bueno. –le dijo a Lucía. -¿Cómo querés que te la sujete?
    
    -Levantala y y tenemelá con los ...
    ... brazos en la espalda.
    
    Milena incorporó brutalmente a Areana, tomándola por el pelo y doblándole la cabeza hacia atrás para obligarla a separarse de su madre. Una vez que la tuvo de pie, la sujetó como le había sido indicado por Lucía y ésta miró a su víctima con una expresión de crueldad asombrosa en alguien que era casi una niña.
    
    -Sujetámela bien. –le pidió a Milena y dobló el brazo hacia atrás, con el puño cerrado
    
    .No te preocupes. –dijo la asistente mientras Eva observaba la escena sentada en el piso y con expresión de angustia.
    
    Lucía iba a lanzar el primer golpe cuando al advertir la posición de Eva preguntó:
    
    -Che, ¿le permitís estar así, sentada?, yo leí que una esclava tiene que estar arrodillada o en cuatro patas, ¿no?
    
    Milena miró a Eva y dijo mientras retenía firmemente a Areana:
    
    -Claro, a menos que se le ordene algo distinto, pero a ésta no le ordené que se sentara, así que cuando termines con la hijita te voy a regalar el espectáculo de una buena paliza con rebenque.
    
    -Dale, me va a encantar. –dijo Lucía y sin más le asestó a Areana el primer puñetazo en el pecho, por debajo de las tetas. La pobre chica intentó doblarse por el dolor, pero Milena la mantuvo derecha y Lucía le dio por segunda vez, ahora en el estómago y cuando Areana gimió le pegó varias veces en las tetas, con la palma y el dorso de la mano derecha. El rostro de Areana era la expresión misma del sufrimiento y a su madre, que había oído el comentario de Milena sobre ella, no le ...
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