1. El regalo de mi amiga


    Fecha: 08/07/2017, Categorías: Incesto Autor: Detomastina, Fuente: CuentoRelatos

    Estuve enyesada en mi mano derecha por más de un mes, esto me tenía muy muy mal, pese a que tenía la atención necesaria de mi nieto, Ale, mi sobrino o Tina, la mano me tenía de regular humor.
    
    Ya pasados 20 días mi querida amiga y psicóloga no tuvo la mejor idea de contratar una ‘masajista’ muy especial para que me descontracturara, para eso lo preparo para un viernes y pasar un fin de semana tranquilo y ‘relajada’.
    
    La profesional era una señorita de unos 30 años que traía su propia camilla para realizar el masaje.
    
    Tina la trajo y la chica se presentó como Mariana, podía distinguir la hermosa figura que estaba debajo de sus ropas pese al abrigo, me dijo: “ponete cómoda o sea desnuda, aquí esta calefaccionado y te será placentero”
    
    Yo fui sacándome la ropa y ella se sacó el abrigo, tenía un guardapolvo color maíz muy al cuerpo, parecía elastizado, muy corto, sus piernas eran envidiables ya que eran torneadas y ella en comparación a mi estatura era alta, se denotaban unos buenos pechos para su edad.
    
    Al terminar de armar la camilla puso una gran toalla y me tapo con otra.
    
    Comenzó a pasarme una crema y a masajear todo mi cuerpo con energía, deteniéndose en los “nudos” que encontraba en mis músculos.
    
    Al pasar unos 45 minutos el masaje se fue convirtiendo en una caricia placentera, hasta que note que iba buscando los puntos de excitación.
    
    Al bajar por la espalda cada vez llegaba más cerca de mis glúteos, hasta llegar a ellos donde primero los masajeo ...
    ... enérgicamente y después fueron caricias de placer, y bajando con sus manos a m i entrepierna.
    
    En eso momento yo ya estaba muy relajada, pero el calor de sus manos me erizaron todos los pocos pelitos que tengo y mi sexo empezó a vibrar imaginando la experiencia de una buena masturbación paga.
    
    Ella siguió con el masaje pero llego solo a rozarme los labios de mi vagina, logrando que mis deseos se incrementaran, siguió por mis piernas y fue relajando todo mi cuerpo.
    
    Cuando termino en mis pies, me hizo girar y quede boca arriba, totalmente desnuda, ella se desabrocho el delantal que tenía y pude ver que tenía una pollera muy corta (realmente envidiable, me recordaba mi juventud) y un corpiño negro, hermoso, que permitía ver que sus pezones estaban duros y erectos.
    
    Mi imaginación volaba, pero siempre la realidad supera la ficción, así que imaginen lo que viene ahora.
    
    Volvió a comenzar de mi cabeza a mis pies, logrando llevar mi espíritu a un estado casi de ensueño. Sus masajes en mi cabeza, rostro y cuello me permitían ver sus pechos muy cerca de mi boca y la tentación de prenderme a ellos era irrefrenable, esto me puso más caliente cuando bajo por mis hombros y tomo mis pechos, apretándolos con dulzura y rozando mis pezones que estaban duros por la situación, creo que me estaba mojando.
    
    Se acercó a mi oído y me pregunto si me gustaba, Yo, atine a decir un “me encanta” y mis manos buscaron su entrepierna, al encontrarla me encontré con la grata sorpresa de que ya ella ...
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