1. Entrega total (capítulo 2)


    Fecha: 31/01/2018, Categorías: Hetero Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    ... extremo o la ruptura del Contrato.
    
    (b) El Amo puede aceptar otras sumisas o amantes.
    
    (c) La sumisa está de acuerdo en que su Amo posee el derecho a determinar cuando otros pueden usar su cuerpo y en que forman lo usaran. La sumisa no tiene derecho de elección sobre otras parejas.
    
    7.0. Alteración del Contrato de Sumisión.
    
    El Contrato de Sumisión no puede ser alterado a menos que ambas partes estén de acuerdo. Si el Contrato es alterado el nuevo se imprimirá y será firmado, y el viejo Contrato será destruido.
    
    7.0.1 Terminación del Contrato de Sumisión: este contrato no puede ser rescindido unilateralmente por parte de la sumisa.
    
    8.0. Firma de la Sumisa Marta García.
    
    He leído y comprendido este Contrato de Sumisión. Estoy de acuerdo en entregarme por completo a mi Amo, acepto cualquier reclamación sobre mi cuerpo, corazón, alma y mente. Comprendo que seré dominada, entrenada y castigada como sumisa y prometo cumplir todos los deseos de mi Amo y servirle con lo mejor de mis habilidades. También comprendo que no me puedo retractar de este Contrato de Sumisión en ningún momento.
    
    Firma: Fecha:
    
    8.1 Firma del Amo Francisco Owner.
    
    He leído y comprendido completamente este Contrato de Sumisión. Estoy de acuerdo en aceptar esta sumisa como mi propiedad y en tal sentido usarla cómo yo quiera. Cuidaré de su seguridad y bienestar y la dominaré, entrenaré y castigaré como sumisa. Comprendo la responsabilidad implícita en este acuerdo y estoy de acuerdo en todo. ...
    ... Nada dañara a mi sumisa mientras me pertenezca, excepto yo o la persona que yo autorice. También comprendo que me puedo retractar de este Contrato de Sumisión en cualquier momento.
    
    Firma: Fecha:
    
    Cuándo regresaron de El Rastro y de compras por el centro de Madrid, Paco se sentó frente al ordenador y empezó a investigar sobre una idea que había tenido: hacer firmar a Marta un contrato que la vinculara a él definitivamente. Comprobó que su idea no era ni original y excepcional. Encontró decenas y decenas de formatos y adaptó este porque le pareció el más estricto. Mientras lo preparaba, Marta permanecía acurrucada en el suelo a sus pies cómo si fuera una perrita. De vez en cuánto, bajaba la mano y la acariciaba la cabeza y ella se la besaba complacida.
    
    También descubrió que hay diferencias sustanciales entre una sumisa y una esclava. No tenía la más mínima duda de que Marta era una esclava a tiempo completo y en cualquier tipo de circunstancia, pero veía un problema legal en plasmarlo en un documento y por eso utilizó la palabra “sumisa”.
    
    Cuándo terminó de prepararlo, se sentó en el sillón con el documento y ordenó a Marta que se arrodillara entre sus piernas. Antes de dárselo a leer, la metió la polla en la boca y es que a pesar de que solo hacia unas escasas veinticuatro horas que la tenía con él, le encantaba sentir su polla en la boca de Marta y le atraía poderosamente la imagen que ofrecía. También se dio cuenta de que por la vagina solo la había penetrado una ...
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